Cuando
incorporamos un nuevo hábito en nuestras vidas en realidad le estamos dando un
nuevo sentido a lo que consideramos normal.
Cuando
adquieres un nuevo hábito tu realidad sufre un cambio y como consecuencia
también cambia aquello que consideras normal.
En mi caso lo normal era pedirme siempre un buen trozo de
tarta o helado de postre cuando salía a comer fuera. Darme un atracón de comida
y rematar la jugada con un buen postre era algo normal. Era lo que tocaba y no
lo cuestionaba. Lo extraordinario era pasar del postre y pedir únicamente fruta
o café. Después de varios años adquiriendo conciencia sobre comida y nutrición,
mi normalidad ha cambiado. Para mi lo normal ahora es tomar fruta de postre y
pensar en la tarta como algo extraordinario. Que diga que es extraordinario no
significa que de vez en cuando no acabe pidiéndomela también.
Cada
vez que creo una nueva normalidad en mi vida veo las cosas con tanta claridad
que me resulta difícil imaginar que hubo un momento en que pensaba de forma
diferente. Si volvemos al ejemplo del postre, en estos momentos veo de
forma clara la poco necesario y antinatural que es pedirme un trozo de tarta de
chocolate después de haberme comido una paella. Como si no llevara ya hidratos
suficientes en el cuerpo. A día de hoy este pensamiento llega de forma clara a
mi mente. Sin embargo no hace mucho tiempo pensaba de forma distinta.
Me
pregunto porqué hubo un tiempo en que no veía las cosas con la misma claridad
con la que las veo ahora. Creo que las personas llegamos al mundo con una
capacidad limitada de cuestionar aquello que nos rodea. Si naces en una familia
en la que se come de una forma y se siguen unas costumbres, tú crecerás
aprendiendo esas costumbres e incorporándolas a tu normalidad. Quizá un
día movido por tu propia curiosidad o después de conocer otros hábitos
comenzarás a cuestionar aquello que siempre has hecho de manera casi
automática.
A continuación quiero compartir unos ejemplos sobre cómo
ha cambiado mi normalidad en los últimos 5 años. Casi todos lo ejemplos están
relacionados con el deporte y la alimentación. Cambiar tu normalidad en
relación a estos ámbitos es la base para llevar una vida sana.
Para mi hace 5 años lo normal era no hacer distinción entre la comida y la cena.
Para mi hoy lo normal es cenar de forma ligera y prácticamente sin hidratos.
Para mi hace 5 años lo normal era tomar azúcar con el café. Para mi hoy
lo normal es tomar miel con el café.
Para mi hace 5 años lo normal era desayunar un tazón de leche entera con
cualquier tipo de cereales azucarados. Para mi hoy lo normal es
desayunar un vaso de leche desnatada con copos de avena y alguna pieza de
fruta.
Para mi hace 5 años lo normal era acompañar la comida de un trozo de pan.
Para mi hoy lo normal es acompañar la comida de cualquier variedad de verdura,
ya sea a la plancha o hervida.
Para mi hace 5 años lo normal era hacer pesas frecuentemente y hacer deporte
aeróbico de forma esporádica. Para mi lo normal hoy es hacer deporte
aeróbico de forma frecuente y hacer pesas de forma esporádica.
Para mi hace 5 años lo normal era levantarme tarde el fin de semana e ir
directamente a tomar cañas con los amigos. Para mi lo normal hoy es
levantarme muy temprano el fin de semana y hacer deporte. Lo de las cañas lo
sigo manteniendo.
Para mi hace 5 años lo normal era acostarme a la 1 de la mañana entre
semana viendo la tele. Para mi lo normal hoy es acostarme a las 11 entre semana
leyendo un libro.
Para ser sincero me ha resultado difícil realizar esta
pequeña lista. Me ha costado acordarme de cómo era mi manera de pensar y de
actuar hace 5 años. Todos
estos nuevos hábitos no pasaron a formar parte de mi vida de manera automática
sino de forma progresiva.
Quizás no estés de acuerdo con alguno de estos hábitos.
Es posible que pienses que alguno de ellos se puede discutir. No los he puesto
como ejemplos de lo que se debe hacer y lo que no. Simplemente pretendo mostrar
aspectos de mi vida que han sufrido un cambio de normalidad.
Trata
de encontrar qué aspectos de tu vida te gustaría modificar y ponte manos a la
obra. Realizar un cambio en tu normalidad cuesta menos de lo que parece.
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