Si se les enseña respeto a los niños, la sociedad aprenderá a convivir
con tolerancia
Enseñar a los niños a no burlarse de los demás
Las burlas pueden causar graves daños psicológicos a las víctimas porque las palabras pueden herir incluso más que los golpes. Las heridas son mucho más profundas porque se clavan en el corazón. Los efectos psicológicos de las burlas en los niños pueden ser devastadores para su autoestima y por eso muchos padres optan por enseñar a los niños a defenderse de las burlas. Pero aunque esto es importante, lo que realmente es necesario es enseñar a los niños a no burlarse de los demás.
Si los niños aprendieran a respetar a los demás y a aceptar las diferencias, entonces muy probablemente la convivencia entre las personas desde la niñez y también siendo adulto se basaría en el respeto, la convivencia y también la tolerancia.
Por qué unos niños se burlan de otros
En la mayoría de ocasiones los niños empiezan a burlarse de otros porque lo han aprendido de los adultos de referencia. Quizá sus padres estén acostumbrados a criticar a otras personas, a burlarse de ellas… y a hacer esto de forma cotidiana. Los niños lo ven, lo aprenden y después se convierten en niños que también se burlan de los demás. También es posible que los niños que se burlan lo hagan porque han sido víctimas de burlas en otras ocasiones y una forma de protegerse es hacerlo con otros.
Otros niños (y adultos) sienten tanta inseguridad y
tienen tan baja autoestima que sólo encuentran la manera de sentir algo de
control burlándose de otros. Es una forma de llamar la atención sin
pensar en otras formas más adecuadas. También es posible que los niños que se burlan no tengan buenas
habilidades sociales y no tengan otras estrategias para poder
relacionarse de forma adecuada con los demás y crean que burlarse de otros está
bien.
Los niños necesitan aprender que para llevarse bien con las personas
pueden entretenerse sin herir a otros ni tampoco a sus sentimientos. Las burlas no son agradables y menos si haces
daño o molestas a otra persona. Si tu hijo se burla de los demás, es buen momento para hacer algo ante
esto y que tu hijo sea capaz de desaprenderlo.
El papel de los padres y la comunicación con los hijos
Los padres tienen una gran importancia en todo esto. Los padres deben mirar primero cuál es su forma de interactuar con los demás y modificarla lo antes posible para que los niños no aprendan esta forma grosera de relacionarte con otros. Además, es importante mantener una conversación con tu hijo y decirle cosas como por ejemplo:
Cuando te burlas de otros, todos a tu alrededor se sienten
incómodos.
Las burlas no están bien, hieren los sentimientos de los demás.
Tener miedo de la gente no es tan bueno como tener
amigos.
Ser el centro de la mala atención no es tan grande como ser el centro de la buena.
Burlarte de los demás te convierte en «matón» o «abusón» y un matón no tiene verdaderos amigos.
Si quieres tener amigos, primero deberás aprender a cómo ser amigo.
Burlarse de los demás sólo trae problemas.
Si te burlas de los demás
ellos no tendrán reparo en burlarse de ti.
Si alguien se burla de ti tendrás que buscar ayuda
de un adulto.
Buscar la empatía
Los niños necesitan entender cómo se siente otra persona ante esas situaciones incómodas. Podéis realizar un juego de roles en el que él sea la víctima para que sienta la vergüenza que puede pasar otra persona. Así será capaz de entender lo mal que se pasa y que además, sea consciente de que todas las personas tienen derecho a la privacidad y al respeto. Además, los padres tendrán que realizar los siguientes puntos para que sus hijos también aprendan a hacerlo:
Conócete y ten mayor autoestima y seguridad. Así tu hijo se sentirá también mejor.
Ayuda a tus hijos a hacer amigos.
Haz comentarios positivos acerca de
las personas que conoces y de las que no conoces.
Busca siempre la buena intención.
Aprende a cooperar con los demás.
Las burlas pueden causar graves daños psicológicos a las víctimas porque las palabras pueden herir incluso más que los golpes. Las heridas son mucho más profundas porque se clavan en el corazón. Los efectos psicológicos de las burlas en los niños pueden ser devastadores para su autoestima y por eso muchos padres optan por enseñar a los niños a defenderse de las burlas. Pero aunque esto es importante, lo que realmente es necesario es enseñar a los niños a no burlarse de los demás.
Si los niños aprendieran a respetar a los demás y a aceptar las diferencias, entonces muy probablemente la convivencia entre las personas desde la niñez y también siendo adulto se basaría en el respeto, la convivencia y también la tolerancia.
En la mayoría de ocasiones los niños empiezan a burlarse de otros porque lo han aprendido de los adultos de referencia. Quizá sus padres estén acostumbrados a criticar a otras personas, a burlarse de ellas… y a hacer esto de forma cotidiana. Los niños lo ven, lo aprenden y después se convierten en niños que también se burlan de los demás. También es posible que los niños que se burlan lo hagan porque han sido víctimas de burlas en otras ocasiones y una forma de protegerse es hacerlo con otros.
Los padres tienen una gran importancia en todo esto. Los padres deben mirar primero cuál es su forma de interactuar con los demás y modificarla lo antes posible para que los niños no aprendan esta forma grosera de relacionarte con otros. Además, es importante mantener una conversación con tu hijo y decirle cosas como por ejemplo:
Los niños necesitan entender cómo se siente otra persona ante esas situaciones incómodas. Podéis realizar un juego de roles en el que él sea la víctima para que sienta la vergüenza que puede pasar otra persona. Así será capaz de entender lo mal que se pasa y que además, sea consciente de que todas las personas tienen derecho a la privacidad y al respeto. Además, los padres tendrán que realizar los siguientes puntos para que sus hijos también aprendan a hacerlo:
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