Todos
somos creativos si liberamos la imaginación y dedicamos tiempo a explorar,
innovar o cambiar.
Un ejercicio poderoso para crear es sentarte a pensar apoyado en
estas tres palabras: ¡Qué tal si….! Lo aplicas a tu trabajo y tu vida.
Ten a la mano donde escribir y anotas todas las ideas que te
lleguen, aunque te parezca insólito, imposible o alocado. Luego con calma ves
que quizás no es así.
Otra especie de tecla que le sirve a la mente
para crear es abrir la
caja de las sorpresas con estas palabras:
¿Qué
puedo mejorar?
¿Qué puedo agregar o quitar?
¿Qué elijo aprender de otros o desaprender?
Puedes
cambiar y mejorar lo que quieras en todo: tu modo de trabajar, estudiar, comer,
vestirte, orar, relacionarte.
Eso
te permite desterrar la rutina y abrirte a nuevas experiencias abandonando la nefasta zona de falso confort.
Siempre es bueno pensar en lo que dijo
Einstein: ¿Si quieres resultados
diferentes por qué sigues haciendo lo mismo?
¿Qué puedo agregar o quitar?
¿Qué elijo aprender de otros o desaprender?
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