Tu vida no depende de la realidad,
aunque esta se muestre oscura y penosa, tu vida depende de tu actitud.
Y la
mejor prueba de eso la tienes en el lisiado que sonríe, el pobre feliz o el
preso que ama la vida.
Sí, lo
mejor que puedes hacer es asumir
creencias positivas y tomar buenas decisiones.
Repite
pues:
Solo
por hoy no me enfado.
Solo
por hoy no me preocupo.
Solo
por hoy, me sentiré agradecido.
Solo
por hoy, trabajo con amor y dedicación.
Solo
por hoy seré bondadoso con los demás.
Esas tres palabras “solo por hoy” son
muy sabias porque
te ubican en el presente y en una meta cercana.
Se hace duro decir “hoy llegaré a la
cumbre de la alta montaña” y entonces lo ves lejano.
Es más fácil decir “solo por hoy avanzo
un trecho”, y mañana avanzas otro y así, hasta que llegas arriba.
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