Independientemente de tu estado
motivacional habitual, habrá días en los que no te sientas en absoluto motivado. Si intentas rodearte de
pensamientos y personas positivas comprobarás que los “días de bajón” son cada
vez menos y están más separados unos de otros. Sin embargo, si compruebas que tus días sin
motivación son demasiados, probablemente te encuentres a las puertas de un
bajón motivacional.
La verdadera motivación nace de
nuestro interior. No debes apoyarte constantemente en otras personas para que te motiven
porque no siempre van a estar ahí cuando les necesites. Esto no quiere decir que no les preocupes, pero
cada persona tiene su propia vida y sus propias preocupaciones. Debes
convertirte en tu propio foco de motivación y aprender herramientas y
estrategias que siempre tendrás disponibles cuando tu motivación decaiga.
Qué hacer cuando se acerca un
bajón de motivación
1. Aprende a reconocer el bajón
La mayor parte de las personas no reconocen un bajón hasta que no se
encuentran inmersos en él. Sin
embargo algunas señales te ayudarán a identificarlo y a escapar de él antes de
que te atrape.
Señales como dejar que tu mente vague en mitad de una tarea y como consecuencia tardas
el doble de tiempo en realizarla. Algunas veces cuando estamos a punto de
terminar algo lo dejamos a medias para tomarnos un descanso con la excusa de que lo retomaremos más tarde
y con mayores fuerzas. Es como si nos saboteáramos a nosotros mismos.
No vas a encontrar un momento de motivación mayor por terminar algo que
durante los momentos inmediatamente anteriores a conseguirlo. No pienses que por tomarte ese
descanso luego volverás con más fuerzas.
2. Aprende nuevas formas de hacer
las mismas cosas
Muchas veces nuestra motivación decae porque simplemente nos hemos aburrido de hacer lo
mismo de la misma forma cada día. Tanto nuestra atención como nuestra
motivación están fuertemente unidas.
Si realizas una tarea repetitiva siempre de la misma forma, con el
tiempo tu atención descenderá y como consecuencia afectará a tu motivación. Trata de ser creativo dentro de
lo posible y altera tu horario para realizar las mismas tareas en distintos
momentos del día.
3. Imagínate cómo serías tú mismo
en el futuro si nunca descendiera tu motivación
Trata de visualizarte a ti mismo
unos años en el futuro si todos los días tuvieses la misma motivación para
estudiar. Es muy probable que la persona que tienes en mente ya haya acabado sus
estudios y esté trabajando felizmente en aquello que le gusta.
Del mismo modo imagínate como
serías en un par de años si todos los días tuvieras la motivación por hacer
deporte y seguir una dieta equilibrada. En serio, párate un momento, cierra los
ojos y visualiza a esa persona. Si tienes el poder de imaginarlo, tienes el poder de crearlo. No
existe una fuerza motivadora mayor que ese poder.
4. La perfección no existe
Muchas veces perdemos la motivación por hacer algo porque somos demasiado
perfeccionistas. No queremos entregar un trabajo bueno, queremos hacer
algo muy bueno. Es mejor
obtener unos resultados del 70% cada día en lugar de obtener un 100% cada 3
días.
5. Comienza a recopilar material
sobre desarrollo personal
En forma de cintas de audio, libros, o simplemente guardando direcciones
de páginas web sobre el tema. Cuando notes que tu motivación decae, date una vuelta por esas páginas
y lee esos artículos que siempre van a estar a tu disposición.
6. Haz deporte
Los que me conocen saben que me encanta hacer deporte y en algunos
momentos tengo que reconocer que puedo llegar a ser un poco obsesivo. He tenido
grandes y largos momentos de bajones motivacionales en mi vida.
Con el deporte liberamos
endorfinas que nos proporcionan sensación de bienestar y sientan las bases de
un estado motivacional óptimo.
7. Aprende de los éxitos y
fracasos de otros
Existen cientos de biografías sobre personas que acabaron triunfando a
pesar de que durante muchos años sólo obtuvieron resultados negativos. Trata de identificar los
elementos comunes que les hicieron mantener su motivación a pesar de no obtener
ningún resultado.
8. Compite
Sobre todo en el tema deportivo. No existe una motivación mayor para
hacer deporte que apuntarte a alguna competición. Tu nivel no importa en
absoluto. El deporte se ha
convertido en algo muy popular y prácticamente en cualquier localidad
encontrarás carreras populares en las que poder apuntarte.
9. Comprueba cuál es tu progreso
Haz registros de todo aquello que vas consiguiendo. No existe motivación mayor que
visualizar tú mismo el estado de tus logros. Además este registro te
servirá para estar alerta en caso de que tu productividad descienda y se
acerque un bajón motivacional.
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