Eventualmente, todos somos marcas y podríamos pensar en nuestra apariencia como un empaque de un producto.
Es fundamental el posicionamiento, es decir el espacio que uno como persona debe ocupar en la mente de las personas que lo conocen.
Las personas que logran ser percibidas de manera homogénea por muchas personas, y esas asociaciones son positivas, tenderán a ser personas exitosas.
Cada vez más la web y el celular nos permitirán consultar a los amigos antes de comprar un pantalón o una camisa que nos estamos probando.
Cada vez más podremos legitimar ante un grupo nuestras decisiones y hacerlos partícipes de las opciones que tenemos.
Ahora será posible saber cómo otras personas lo perciben y tener sus comentarios puede ser extremadamente útil.
Las marcas más valiosas desarrollan numerosas investigaciones antes de tomar una decisión como un cambio de logo o de imagen.
¿Se le mediría usted a verse a sí mismo como una marca?
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