Tu vida fluye con la aceptación.
Conquista tu deseo de controlar
y lo sustituyes por la
tranquilidad que nace de saber asumir.
Cuando te ensalzan, sonríes, pero cuando te juzgan o rechazan,
también vives en el estado de “todo es perfecto”.
Incluso cuando suceden aquellas cosas que antes clasificabas como
“malas”.
En
realidad bueno y malo son
juicios humanos.
Lo sabio es eludir todas las trampas: la trampa de
los juicios es una de las más nefastas y te roba la paz del alma.
Ámate y no sufras con un estado perverso de
constante enjuiciamiento de cada suceso y persona como buena o mala.
Alégrate si eliges vivir en estado y comprensión amorosa, en actitud de
compasión y de aceptación.
!Qué delicia dominar el arte de transformar el deseo de reaccionar, confrontar o imponer tus caprichos!
Puedes actuar siempre de forma amorosa y ser alguien que une, que crea hermandad, que sabe amarse y amar.
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