Además de la Ley de atracción hay otras
leyes espirituales.
Una es La ley de compensación: Recoges lo que
siembras.
Todo lo que haces regresa a ti porque la vida en realidad no
se queda con nada.
Cada acción tiene su reacción.
También
hay una Ley del amor: Haz
todo con amor y por amor.
Amando cambiarás lágrimas por sonrisas.
Trátate
con el mismo amor con el que quieres que los demás te traten.
Ámate y serás amado.
Un
respeto sano hacia ti mismo te ayudará a respetar a los demás.
Cuídate y podrás cuidar.
Valora
a aquellos con los que trabajas o interactúas regularmente.
Reconoce los aspectos positivos de cada
ser.
Acepta a los otros como son y no
intentes cambiarlos;
si los amas es fácil que ellos mismos elijan mejorar.
Si te
amas de verdad no pondrás la felicidad fuera de ti.
Ama sin apegos; no necesites a nadie para ser feliz.
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