A 5ºC negativos
el frío puede ser refrescante.
A 20ºC negativos
la humedad de la naríz se congela y resulta difícil no toser.
A 35ºC negativos
la piel expuesta queda adormecida y su necrosis es un riesgo.
Y a menos 45ºC hasta usar anteojos
resulta complicado. El metal se pega al rostro y a las orejas arrancando
pedazos de piel cuando uno decide sacárselos.
Digo eso porque
acabo de llegar a Yakutsk, lugar donde los amistosos nativos me alertaron de no
usar anteojos al aire libre. Yakutsk es una ciudad remota en Sibéria Oriental
(población: 200 mil), famosa por aparecer en el clásico juego de tablero Risk
(versión de la Guerra) y por tener fama de ser la ciudad mas
fría de la Tierra. EnEnero la media
está en torno de los 40ºC negativos. La nieve que cubre la
ciudad restringe la visibilidad a 10 m. Moradores, con pesadas casacas de
piel, pasan por la plaza central, adornada por un árbol de Navidad congelado y
una estatua de Lenin.
Luego descubrí
que alli, temperaturas en la casa
de 40ºC negativos son consideradas como “frío, pero no mucho
frío”
Siendo así,
antes de aventurarme por primera vez en las calles de Yakutsk, me encapoté con
toda una valija de ropas. Les digo que estoy vistiendo: un par de medias de
algodón con un par de medias térmicas por encima; un par de botas; bragas
térmicas; una calza jeans; una camiseta térmica; una camiseta de mangas largas;
un suéter justo de cachemira; un abrigo deportivo; una casaca acolchada de
invierno con capucha; un par de guantes finos de lana (para que yo no exponga
la piel cuando tire del guante externo para sacar fotos); un par de guantes de
lana; una bufanda de lana; y un gorro, también revestido en lana.
Una
pequeña rendija de mi rostro que está expuesta, registra el aire frio, pero
aunque en general no es una sensación de bienestar... Hasta es agradable. Si
usted esta vestido correctamente, pienso yo, nada es asi tan tremendo. En pocos
minutos, el clima gélido pasa a imponerse. Una piel expuesta comienza a dar
puntadas y después se siente adormecida, lo que aparentemente es peligroso,
porque significa que el flujo de sangre se para.
Entretanto el
frio penetra por la doble capa de guantes y congela mis dedos. La gorra y La
capucha tampoco son para parar los 43ºC negativos y mis orejas
comienzan a picarme.
En seguida las
piernas sucumben. Finalmente me encuentro con dolores agudos por todo el cuerpo
y tengo que volver a un ambiente cerrado. Ojo con el reloj: resistí al aire
libre por 13 minutos!
Yakutsk
es la capital de Yakutia, región que abarca mas de 2.6 millones de kilómetros
cuadrados y donde viven menos de 1 millón de personas. La ciudad está a seis
husos horarios de Moscú, pero un viaje
lleva seis horas en un precario avión Tupolev. Un pasaje cuesta por lo
menos RS 1,8 mil, ida y vuelta, una cantidad enorme en un país en que el
salario medio es de RS 930 por mes.
No
hay trenes a Yakutsk. Las otras opciones son, un viaje de 1,6 mil kilómetros de
barco subiendo por el rio Lena, en los pocos meses del año en que no está
congelado, o si no por la “autopista de los Osos", una carretera de 2 mil
kilómetros construída por prisioneros del Gulag (o sistema penal soviético).
En
Yakutsk la mayoría de los autos son importados de Japón, de segunda mano, que
aparentemente, resisten mejor al frío que los vehículos rusos tradicionales.
Aún asi, los moradores acostumbran dejar el
motor funcionando, si van a parar apenas lo hacen por media hora.
Y
algunos lo dejan andando el día entero, aún durante el horario de trabajo, para
garantizar una
temperatura mínimamente tolerable en la vuelta a casa. La humareda de los
escapes contribuye a la niebla que acecha sobre la ciudad.
La región fue
inicialmente conquistada por los rusos en la década de 1630. En el siglo
XIX era usada como prisión abierta para
disidentes políticos. Anton Chekhov, en su Jornada de 1890 por la
Sibéria, pintó un cuadro sombrío de la vida de los prisioneros. "Ellos
perderán todo el calor que ya tuvieron", escribió. “Las únicas cosas que
les quedan en la vida son vodka, vagabundas, mas vagabundas, mas vodkas... No
son mas seres humanos, son bestias.” Lenin y Stalin fueron dos de los presos
políticos exiliados en Yakutsk.
La región es rica en oro y diamantes, razón
por la cual los soviéticos decidieron transformar Yakutsk en un importante
centro regional, primero con el sistema de trabajo forzado del Gulag, después
colonizando la región con millares de voluntarios en busca de aventura, mejores
salarios y la chance de construir el socialismo en el hielo. Una mega-empresa
Alrosa, responsable del 20% de la oferta mundial de diamantes brutos, tiene su
sede en la región. Con el tiempo Yakutsk
se convirtió en una ciudad de verdad, con hoteles, cines, una ópera,
universidades, entrega de pizza y hasta un zoológico.
A
pesar de que los nativos mantienen estoicamente sus quehaceres y que las
criaturas saltan en la nieve de la plaza central, percibo que preciso un taxi
para continuar mi exploración.
Los
13 minutos que pasé al aire libre me dejaron sin aliento, echando pestes y
llena de dolores, mi rostro está enrojecido que parece que acabo de volver de
una semana en el Caribe. Me desplomo en la cama del hotel y preciso de
media hora para volver a sentir mi cuerpo. La parte mas desagradable comienza
15 minutos después, cuando las piernas, de vuelta a la temperatura habitual,
sienten un calor que está siendo irradiado de adentro para afuera, y todo el
cuerpo comienza a picar.
Voy al mercado,
lleno de gente vendiendo pescado, cerdo y corazón de caballo. Todo congelado. “Está claro que hace frío, pero usted se acostumbra.”
Dice Nina, una yakut, que pasa ocho horas por día de pié, en su puesto de
pescado.
Los seres
humanos se acostumbran como cualquier cosa.
Pero, aún así,
el nivel de resistencia es difícil de comprender.
Los operarios
continúan trabajando en la construcción civil, hasta los 50ºC negativos.
Abajo de esa
temperatura, el metal se torna quebradizo.
Las aulas o
clases no son suspendidas cuando el termómetro cae abajo de los 55ºC.
Solo el Jardín
de Infantes cierra con 50ºC negativos.
Vaya, sencillamente es increíble ver como esa gente se sigue adhiriendo a sus costumbres, gracias por la lectura :D
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