Los carros no tenían cinturones de seguridad,
apoyos de cabeza, ¡¡Ni bolsas de aire!! ¡Íbamos sueltos en el asiento trasero
haciendo aquella fiesta! ¡Y eso no era peligroso!
No había trabas de seguridad en las puertas de los carros, llaves en los armarios de medicamentos, detergentes o químicos domésticos.
La gente andaba en bicicleta sin casco, guantes, canilleras o coderas...
Bebíamos agua de filtro de barro, del caño, de una manguera, o de una fuente y no aguas minerales en botellas ¨esterilizadas¨.
Construíamos carritos de ruedas y aquellos quienes tenían la suerte de vivir cerca de una bajada asfaltada, podían tentar de batir records de velocidad y hasta verificar en el medio del camino que habían gastado la suela de los zapatos, que eran usados como frenos...Y estaban descalzos...
Íbamos a jugar en la calle con una sola condición: volver a casa antes del anochecer. No había celulares... ¡Y nuestros padres no sabían dónde estábamos!¡Era increíble!
Teníamos clases tarde y mañana, e íbamos a almorzar a casa.
Brazos enyesados, dientes partidos, polos razgados, cabeza pelada ¿Alguien se quejaba de eso?
Comíamos dulces a voluntad, pan con mantequilla, bebidas con la (peligrosa) azúcar. No se hablaba de obesidad y jugábamos siempre en la calle...
Nada de Playstations, Nintendo 64, X boxes, juegos de Vídeo , Internet por satélite, Video cassete y DVD Dolby surround, Celular, Computadora, Chats en Internet
Sólo amigos.
A pie o en bicicleta, íbamos a casa de nuestros amigos, así viviesen a kms de nuestra casa, entrábamos sin tocar e íbamos a jugar.
¡Verdad! Allá afuera ¡En ese mundo inseguro! ¿Cómo era posible? Jugábamos fútbol en la calle, con un arco de dos piedras ... nadie quedaba frustrado y no era el ¡“FIN DEL MUNDO“!
En el colegio teníamos buenos y malos alumnos. Unos pasaban y otros eran reprobados. Nadie iba por eso a un psicólogo o psicoterapeuta. No habia la moda de los superdotados, ni se hablaba de dislexia, problemas de concentración, hiperactividad. Quien no pasaba, simplemente repetía de año y trataba de nuevo ¡el año siguiente!
Nuestras fiestas eran animadas por radiolas con agujas de diamante deslizando sobre los discos long-play, luz negra y un delicioso cocktail con ron.
Teníamos: Liberdad, Fracasos, Éxitos y Deberes. ¡...y aprendimos a lidiar con cada uno de ellos!
La única verdadera pregunta es: ¿Cómo la gente consiguió sobrevivir?
Encima de todo ¿cómo conseguimos desarrollar nuestra personalidad?
Para los de la generación de hoy eso suena aburrido, pero ...
¡¡¡Cómo éramos felices!!!
No había trabas de seguridad en las puertas de los carros, llaves en los armarios de medicamentos, detergentes o químicos domésticos.
La gente andaba en bicicleta sin casco, guantes, canilleras o coderas...
Bebíamos agua de filtro de barro, del caño, de una manguera, o de una fuente y no aguas minerales en botellas ¨esterilizadas¨.
Construíamos carritos de ruedas y aquellos quienes tenían la suerte de vivir cerca de una bajada asfaltada, podían tentar de batir records de velocidad y hasta verificar en el medio del camino que habían gastado la suela de los zapatos, que eran usados como frenos...Y estaban descalzos...
Íbamos a jugar en la calle con una sola condición: volver a casa antes del anochecer. No había celulares... ¡Y nuestros padres no sabían dónde estábamos!¡Era increíble!
Teníamos clases tarde y mañana, e íbamos a almorzar a casa.
Brazos enyesados, dientes partidos, polos razgados, cabeza pelada ¿Alguien se quejaba de eso?
Comíamos dulces a voluntad, pan con mantequilla, bebidas con la (peligrosa) azúcar. No se hablaba de obesidad y jugábamos siempre en la calle...
Nada de Playstations, Nintendo 64, X boxes, juegos de Vídeo , Internet por satélite, Video cassete y DVD Dolby surround, Celular, Computadora, Chats en Internet
Sólo amigos.
A pie o en bicicleta, íbamos a casa de nuestros amigos, así viviesen a kms de nuestra casa, entrábamos sin tocar e íbamos a jugar.
¡Verdad! Allá afuera ¡En ese mundo inseguro! ¿Cómo era posible? Jugábamos fútbol en la calle, con un arco de dos piedras ... nadie quedaba frustrado y no era el ¡“FIN DEL MUNDO“!
En el colegio teníamos buenos y malos alumnos. Unos pasaban y otros eran reprobados. Nadie iba por eso a un psicólogo o psicoterapeuta. No habia la moda de los superdotados, ni se hablaba de dislexia, problemas de concentración, hiperactividad. Quien no pasaba, simplemente repetía de año y trataba de nuevo ¡el año siguiente!
Nuestras fiestas eran animadas por radiolas con agujas de diamante deslizando sobre los discos long-play, luz negra y un delicioso cocktail con ron.
Teníamos: Liberdad, Fracasos, Éxitos y Deberes. ¡...y aprendimos a lidiar con cada uno de ellos!
La única verdadera pregunta es: ¿Cómo la gente consiguió sobrevivir?
Encima de todo ¿cómo conseguimos desarrollar nuestra personalidad?
Para los de la generación de hoy eso suena aburrido, pero ...
¡¡¡Cómo éramos felices!!!
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