Monte:
Santa Helena (Mount Saint Helens)
Tipo: volcán activo
Ubicación: Estados
Unidos de América, Estado de Washington, Ciudad de Olympia
Altitud: 2.550
msnm
Última
erupción: 10 de julio de
2008
Historia:
El primer
testimonio confirmado de una erupción del Santa Helena fue realizado en marzo de 1835. James
Dwight Dana de la Universidad Yale, mientras navegaba con la Expedición Wilkes.
A finales
del otoño o comienzos del invierno de 1842, pobladores y misioneros vieron la llamada "Gran
Erupción". Se reportaron grandes nubes de cenizas para esta pequeña explosión en volumen
a la que le siguieron explosiones suaves durante 15 años. El reverendo Josiah
Parrish en Champoeg, Oregón presenció una erupción del monte Santa Helena el 22 de noviembre, 1842.
Las cenizas de esta erupción pudieron haber llegado hasta 80 km al sudeste del
volcán.
El monte
Santa Helena estaba cubierto de nieve y hielo y se le conocía como el
"monte Fuji de América" por su forma de cono de nieve y su simetría.
DESCRIPCIÓN
DE LA ERUPCIÓN DEL MONTE SANTA ELENA (18 DE MAYO DE 1980).
“Durante varios meses, los
científicos habían observado gran actividad sísmica en la zona del volcán.
Dos meses antes de la explosión, (el 27 de marzo de 1980) se formaron encima de
la cumbre del volcán unas
cuantas nubes de humo, y se hicieron sentir temblores leves.
El día 28
de Marzo, otras nubes más
grandes y más oscuras, formadas por gases y cenizas, brotaron del volcán y se elevaron
más de 6.000 metros. En abril siguió un periodo de calma, pero los vulcanólogos
mostraron escépticos. Después, a principios de mayo, la montaña se hinchó y la cumbre se elevó más de
150 metros.
Narración: “Son las 8:30 a.m. del 18 de mayo
de 1980. El geólogo Keith Ronnholm paseaba en mañana tranquila y estaba leyendo
un libro cerca de su camioneta equipada con equipo de acampar. Estaba a 10 millas (16 km)
al noroeste de un volcán en el estado de Washington llamado Monte Santa Elena.
Otro geólogo vigilaba y esperaba en una
colina distante. Observaba el promontorio en la cima de la ladera norte del
Monte Santa Elena. Los expertos creían que el volcán dormido podría
despertarse, pero nadie sabía cuándo.
A las 8:30 a.m. un grito de un compañero de campamento hizo que
Keith mirara hacia el volcán. Un pedazo de la ladera norte del volcán estaba moviéndose. Se deslizaba por la montaña.
Tan pronto Keith vio el primer soplo de cenizas, comprendió lo que estaba
pasando. El Monte Santa Elena comenzaba a hacer erupción.
Y lo hizo con grandes explosiones. A las 8:32 fueron lanzados gases calientes
cenizas, pedazos de rocas y vapor a velocidad de huracán. Keith estaba
lo suficientemente alejado de la erupción para tomar unas cuantas fotografías
antes de saltar hacia su camioneta y escapar. Mientras escapaba Keith hizo lo
que tenía que hacer, tomar fotografías. Keith tuvo suerte.
Cerca, la explosión de la erupción fue tan
fuerte que derribó enormes árboles de un bosque circundante como si fueran
palillos de dientes. ¿Qué le pasó al otro geólogo que observaba? Nunca se
encontró. El Monte Santa
Elena hizo erupción tan rápida y violentamente que el geólogo no tuvo tiempo de
escapar a un área segura”.
La erupción
del Monte Santa Elena sorprendió al mundo por su violencia. Una gigantesca
explosión arrancó buena parte de la cumbre de la montaña reduciéndola a
fragmentos; la energía
liberada fue igual a la de 27.000 bombas nucleares como la de Hiroshima.
Al hacer erupción hubo
algo que quizás fue lo peor, el Monte Santa Helena al deslizarse toda la tierra
y nieve que había en gran parte de el, esa tierra llego al lago Spirit y causo
un megatsunami de 250 metros de altura, fue el deslizamiento mas grande registrado en la historia
Esa
erupción volcánica fue la más mortífera y económicamente destructora en la
historia de los EE. UU. 57
personas murieron por la erupción y 250 casas, 47 puentes, 24 kilómetros
de vías férreas y 300 kilómetros de autopista quedaron destruidos. La erupción
causó una masiva avalancha de escombros, reduciendo su cumbre desde 2,950 metros sobre el nivel
del mar a 2,550 metros y
reemplazándola con un cráter en forma de herradura de 1,5 km de ancho.
Antes de la
erupción de 1980, Harry Truman, de 84 años y dueño de una posada, y que había
vivido cerca de la montaña más de 50 años, se hizo famoso en el país cuando decidió que no evacuaría ante la
inminente erupción, a pesar de los repetidos pedidos de las autoridades
locales. Su cuerpo nunca fue hallado después de la erupción del 18 de mayo,
1980.
El monte
Santa Helena es parte del
Anillo de Fuego del Pacífico que incluye más de 160 volcanes activos.
CRONOLOGIA DE
LA GRAN EXPLOSIÓN (18 DE MAYO DE 1980):
Marzo 25 al
27 de 1.980: Se
presentaron 174 temblores de 2,6 o más en la escala de Richter.
El 27 de marzo a las 12:36 p.m., se produjo una fuerte explosión que expulsó
pedazos de roca del interior del cráter, generando así un nuevo cráter
de 76 m de ancho y una columna de humo y cenizas de unos 1.800 m de alto.
También por estas fechas, se produjo una gran fractura de 4.900 m de largo que
cruzaba toda la cima de la montaña de este a oeste. Estos sucesos fueron
seguidos por más temblores y una serie de explosiones de vapor de aunque
enviaron más ceniza al exterior. La mayor parte de esta ceniza se fue depositando en torno de 5 hasta 19
km a la redonda desde la zona de expulsión, pero algunos restos de
ceniza alcanzaron el sur de Bend (Oregón) a 240 km, y el este de Spokane
(Washington) a 459 km.
Marzo 27 a 3 de Abril: Temblores de 3,2 o más se fueron
sucediendo cada vez de forma más frecuente
El 29 de marzo podía verse un nuevo cráter formado y una
llama azul oscilando entre los dos cráteres, originada probablemente por la
liberación de gases inflamables del volcán. La electricidad estática creada por las nubes de ceniza que
descendían por la ladera de la montaña generaron
rayos eléctricos de hasta 3 km de largo.
El 30 de marzo se reportaron hasta 93 amagos de erupción
El 3 de abril se detectaron los temblores armónicos que
suelen preceder a las erupciones volcánicas, lo cual disparó las alarmas de los
geólogos y movió al gobernador a declarar el estado de emergencia.
Principios de abril: cinco temblores de 4 grados o más por día.
El 8 de abril ambos cráteres se fusionaron, creando uno
mayor de 520 m por 260 m. Durante finales de abril y principios de mayo esta
grieta se fue haciendo cada vez mayor, a un ritmo de 1,5-1,8 m por día.
A mediados de mayo ya se extendía unos 120 m por toda la cara
norte. A medida que la grieta iba avanzando hacia el norte, la cima de la
montaña se iba hundiendo progresivamente, formando un complejo denominado
graben.
El 30 de abril los geólogos anunciaron el derrumbamiento
de la cara norte que era el peligro más inmediato, ya que esto podría
desencadenar una erupción.
El 7 de
mayo se produjeron erupciones similares a las sucedidas en marzo y abril, y
durante los siguientes días la grieta de la cara norte alcanzó unas tremendas
dimensiones. Hasta este punto, toda la actividad se limitó a la cúpula de la
cima. Un total de 10.000 temblores fueron registrados antes de la gran erupción
del 18 de mayo, la mayoría concentrados en una pequeña zona de 2,6 km, justo
debajo de la grieta de la cara norte.
El 16 de mayo todas las erupciones visibles cesaron
El 18 de mayo: 55 temblores por día. Los temblores
causaron avalanchas de hielo y nieve que fueron observadas desde el aire.
El gobierno
tomó todas las medidas para evacuar a la población. La mayor parte de los que
acampaban en el lugar abandonaron las laderas de la montaña.
El 18 de mayo a las 7:00 a.m., el vulcanólogo de la USGS David
A. Johnston, tras pasar toda la noche del sábado en su puesto de observación a
unos 10 km al norte de la montaña, transmitió por radio los últimos datos de
las medidas obtenidas por láser. Según estos datos, la actividad del Monte St.
Helens no mostraba ninguna
variación respecto del patrón que había seguido durante el último mes.
Las lecturas acerca de la tasa de movimiento de la grieta, las emisiones de
dióxido de azufre gaseoso y la temperatura de superficie no revelaban ningún cambio que
pudiera indicar una erupción catastrófica.
El 18 de mayo de1980 a las 8:32 a.m., un fuerte temblor de magnitud 4,2
en la escala de Richter sacudió la tierra, con epicentro en la cara norte del
Monte St. Helens. La cara norte se desplomó repentinamente, liberando gran
cantidad de gases, lava y rocas calientes que volaron hacia el Lago Spirit en
forma muy rápida.
Este
terremoto fue el responsable del derrumbamiento de parte de la montaña,
aproximadamente unos 7,20 segundos tras su inicio. Tras separarse este pedazo de montaña que alcanzó
una velocidad de 175-250 km/h en su descenso a través del brazo oeste del
Spirit Lake y una parte chocó contra un pico de 350 m de altura, unos
9,5 km al norte. Algunos fragmentos se esparcieron por la cima de la montaña,
pero la mayoría fueron
arrastrados 21 km por el Toutle River, para terminar acumulándose en la
zona del valle del río, formando una pila de escombros de 180 m de profundidad.
El área cubierta se estimó
en 62 km2 y el volumen total depositado se calculó en unos 2,9 km3, lo
que le convierte en uno de
los mayores corrimientos de tierra registrados en la historia.
La mayor
parte de la ladera norte del Monte St. Helens se había convertido en un
depósito de escombros de 27 km de largo y una media de 46 m de espesor, siendo
mayor su espesor a 1,6 km bajo el Spirit Lake y menor en su zona oeste. Toda el agua del Spirit Lake fue
desplazada temporalmente en forma de olas de 180 m de altura, que impactaron
contra una cordillera en el norte del lago. Esto causó una nueva avalancha de escombros, que
cayeron sobre la cuenca del lago y provocaron un ascenso de unos 60 m del nivel
de agua del lago.
La gran
columna de cenizas volcánicas comenzó a elevarse hacia la atmósfera. Dicha
ceniza llegó a depositarse en 11 diferentes estados de EEUU.
Debido a la
dirección del viento en el volcán, en las áreas de mayor acumulación de ceniza,
muchos cultivos de trigo, manzanas, patatas y alfalfa quedaron totalmente
destruidos. Unos 1.500 alces y unos 5.000 ciervos murieron y se estima en 12
millones el número de salmones muertos, al ser destruidos sus criaderos.
La ceniza depositada tras la erupción dio lugar a
diversos problemas relacionadas principalmente con el transporte y con el
tratamiento de aguas residuales. La visibilidad se
redujo en gran medida mientras la ceniza permaneció en el aire, lo que
obligó a cerrar muchas
autopistas y carreteras.
La
carretera interestatal 90 fue cerrada durante una semana y media. El tráfico aéreo también se vio interrumpido unas
dos semanas debido al cierre de varios aeropuertos al este de Washington
por el cúmulo de ceniza y la escasa visibilidad.
Miles de
vuelos comerciales fueron cancelados. La ceniza y las partículas de grano más fino causaron
graves problemas en motores de combustión y en otros equipos mecánicos y
eléctricos. La ceniza contaminó los sistemas de aceite, colapsó filtros de
aire, rayó superficies y provocó pequeños cortocircuitos en generadores eléctricos que
causaron apagones de luz.
Eliminar la
ceniza y deshacerse de ella fue una tarea colosal para algunas comunidades del
este de Washington. 8 millones de metros cúbicos de ceniza equivalentes a
900.000 toneladas en peso fueron retiradas de las autopistas y los aeropuertos
de Washington y tardaron
10 semanas en retirarla.
Durante los
siguientes días se produjeron pequeñas erupciones y solo una de gran magnitud,
aunque no tan destructiva como la primera.
Los costos
producidos por la erupción rondaban los 1.100 millones de dólares.
Sin
embargo, también hubo otros costes indirectos y menos tangibles causados por la
erupción. El desempleo en toda la región alrededor del Monte St. Helens aumentó
unas diez veces en las semanas posteriores a la erupción, y luego volvió a la normalidad
una vez que las operaciones para limpiar la ceniza se pusieron en marcha.
Solo un pequeño porcentaje de los residentes abandonaron la región a causa de
la pérdida de trabajo.
El
presidente de Estados Unidos Jimmy Carter evaluó los daños y expresó que
parecía más desolado que
un paisaje lunar. Un equipo de filmación, liderado por el cineasta Otto
Seiber de Seattle, fue llevado en helicóptero al Santa Helena el 23 de mayo
para filmar la destrucción. Sin
embargo, sus brújulas comenzaron a dar vueltas y rápidamente se perdieron en la
montaña. Una segunda erupción ocurrió el 25 de mayo, pero el equipo
sobrevivió y fueron rescatados dos días después de la segunda explosión por
pilotos de helicópteros de la Guardia Nacional. Sus filmaciones se convirtieron
en el popular documental "La erupción del monte Santa Helena".
En 1982, el
presidente Ronald Reagan y el Congreso de Estados Unidos establecieron el Mount
St. Helens National
Volcanic Monument, un área de 445 km2
alrededor de la montaña y dentro del Gifford Pinchot National Forest.
Actualmente las plantas crecen de nuevo, gracias a
la gran fertilidad de las cenizas y el lodo, y el bosque arruinado ha sido
resembrado.
En estos
bosques, así como en los montes, hay osos, alces, pumas, gatos y cabras
monteses y siervos mula. Otros mamíferos de menor tamaño son el castor, el
visón, la marta, la rata almizclera, la comadreja, la ardilla, el puerco espín,
la ardilla listada y el ardillón. Las aves que predominan son el cuervo, la
alondra occidental, el urogallo americano y el halcón de la pradera.
En total,
la cantidad de energía liberada por el Monte St. Helens es equivalente a 27.000 bombas de Hiroshima (unos
350 megatones) y expulsó más de 4 km3 de material. Una cuarta parte de
ese volumen fue lava fresca en forma de ceniza, piedra pómez y bombas
volcánicas, y el resto fueron fragmentos de roca antigua. La pérdida de la
ladera norte del Monte St. Helens redujo su altura a 400 m, y formó un cráter
de unos 2-3 km de ancho y 640 m de profundidad, en cuya zona norte se abre una
inmensa brecha.
Sin embargo, a largo plazo todas estas
consecuencias adversas se tornaron en lo contrario, ya que el Monte St. Helens
adquirió fama mundial y se convirtió en un importante sitio turístico. El
National Forest Service y el estado de Washington abrieron centros para
turistas y permitieron su acceso al volcán y a las zonas devastadas en la
erupción.
estoy impresionado con la actitud de la gobernadora de ese tiempo,quer teniendo todo a su alcance no decretara desalojo del lugar,fue una explocion impresionante
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