Algún
día espero extasiarme admirando la hermosa iglesia de Santa Sofía en Estambul.
Esta
iglesia-mezquita fue construida en la antigua
Constantinopla por allá en el siglo VI.
Es
un dechado de arquitectura, decorada con preciosos mosaicos, dibujos y lindas
imágenes.
Pero hay un detalle curioso: Recibe luz
a través de 40 ventanas situadas en la base de la cúpula.
Cuando pienses en esto pide a Dios que
a mi vida y a la tuya entre
luz a través de muchas ventanas.
En
otras palabras que siempre tengamos una mente y un corazón abiertos como los de
los niños.
En efecto lo que arruga el alma no son los años, es encerrarse,
aislarse y quedar preso de los caprichos, el temor y el pesimismo.
Ánimo, abre todas las ventanas y enriquece tu existencia
con todo lo que te impida estar muerto en vida.
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