La idealización de alguien que no nos ama nos hace perder
el rumbo, dejando de ser nosotros mismos y viviendo solo para una ilusión. El amor no debería ser una súplica ni una espera
infinita, sino un encuentro mutuo donde ambas almas se eligen sin dudas ni
condiciones. A veces, el mayor
acto de amor propio es soltar lo que nunca fue nuestro y buscar la luz en
nosotros mismos, en lugar de esperar que alguien más nos la dé.
REFLEXION
El amor, en
su esencia más pura, debería ser un
refugio, un lugar donde el tiempo se detiene y el alma encuentra paz.
Pero ¿qué sucede cuando el amor se convierte en una espera
interminable, en un reloj que no avanza y en un dolor que no cesa? Esperar a alguien que no llega,
que no elige quedarse, que no prioriza lo que sientes, es como sentarse en una
estación vacía, mirando un horizonte que nunca cambia. La espera duele porque es un
acto de fe en algo que no existe, una apuesta a un futuro que nunca llega.
En esta espera, el corazón se divide entre la
esperanza y la desesperación. Esperamos señales, palabras, gestos que nunca vienen, y
cada minuto que pasa se convierte en una pequeña muerte. Nos
aferramos a promesas no dichas, a miradas fugaces y a recuerdos que, con el
tiempo, pierden su brillo. El
amor que duele no es amor, es obsesión; no es conexión, es dependencia. Y
en esa dependencia, perdemos lo más valioso: nuestro tiempo, nuestra paz y
nuestra capacidad de elegirnos a nosotros mismos.
Pero hay algo aún más profundo en esta espera
dolorosa: es un
reflejo de cómo nos valoramos. Esperar a alguien que no nos elige es, en el fondo,
una forma de decir que no nos creemos merecedores de algo mejor. Nos
conformamos con migajas porque no nos atrevemos a pedir un banquete. Y
en ese conformismo, nos olvidamos de que el amor verdadero no se espera, se
construye; no duele, sana; no es incierto, es claro y firme.
La lección
más dura, pero también la más liberadora, es entender que el amor no
puede ser una espera eterna. Si duele, si desgasta, si te hace sentir
invisible, es porque no es amor. Amar no es sufrir en silencio, es
compartir en libertad. Y si estás esperando a alguien que no llega,
tal vez sea el momento de dejar de esperar y empezar a vivir. Porque el
amor que mereces no te hará esperar: te elegirá, te abrazará y estará ahí, sin
vacilaciones, sin excusas, sin dolor.
PODCASTS
P518 CUANDO AMAR NO ES SUFICIENTE:
SOLTAR, SANAR Y SEGUIR
El amor, por sí solo, no
siempre es suficiente para sostener una relación. A veces, soltar es la única
opción para sanar y recuperar la paz. Este podcast explora el proceso de
aceptar el adiós, sanar las heridas emocionales y encontrar la fortaleza para
seguir adelante con amor propio y dignidad.
P518 WHEN LOVING IS NOT ENOUGH:
LETTING GO, HEALING, AND MOVING ON.
Love alone is not always
enough to sustain a relationship. Sometimes, letting go is the only way to heal
and regain peace. This podcast explores the process of accepting goodbyes,
healing emotional wounds, and finding the strength to move forward with
self-love and dignity.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios