Este es un grito
desesperado ante la inminencia del abandono, un intento por retener lo que se escapa, aferrarse a
los recuerdos y negar el adiós.
El protagonista
implora, mendiga tiempo, como si un segundo más pudiera cambiar el destino de
un amor que ya amenaza con partir.
Es la lucha entre
la razón y el corazón, entre aceptar la despedida o aferrarse a la esperanza de
que el amor aún pueda renacer.
Esto nos recuerda que, muchas veces, preferimos vivir en la ilusión antes que
enfrentar la soledad, aunque en el fondo
sepamos que lo inevitable no se puede detener.
REFLEXION
Hay amores
que se van, pero no se marchan del todo. Quedan ahí, en un rincón del
corazón, como una herida que no termina de cicatrizar. Y aunque la razón te dice que es hora de
soltar, el corazón se
aferra con todas sus fuerzas. Porque el amor, cuando es verdadero, no entiende de
lógica ni de tiempos. Simplemente es.
Aferrarse al
amor es humano. Es esa parte de nosotros que se niega a aceptar que algo tan
hermoso pueda terminar. Es como querer sostener el agua entre las manos: por más
que aprietes, se escapa. Pero,
¿por qué nos cuesta tanto
soltar? ¿Será porque el amor nos hace sentir vivos, y soltarlo es como renunciar a
una parte de nosotros mismos?
El problema
no es amar, sino confundir el amor con la necesidad. A veces, nos aferramos no porque amemos a la otra
persona, sino porque tenemos miedo de estar solos. Miedo a
enfrentar el vacío, a reconstruirnos, a empezar de nuevo. Y en ese miedo, nos
engañamos a nosotros mismos, creyendo que lo que sentimos es
amor, cuando en realidad es dependencia.
Pero, ¿y si soltar no significa olvidar? ¿Y si soltar es simplemente aceptar que ese amor ya no es lo
que era, pero que siempre será parte de tu historia? Aferrarse duele, pero soltar
también. La diferencia es que soltar te da la posibilidad de sanar, de crecer, de abrirte a algo
nuevo.
El corazón
no quiere soltar porque ama, pero también porque teme. Teme que no haya algo mejor allá
afuera. Teme que ese
amor haya sido el único, el verdadero, el irrepetible. Pero, ¿y si te dijera que el amor no
es único? ¿Y si te dijera que el corazón tiene una capacidad infinita para amar,
y que soltar no significa
renunciar al amor, sino hacer espacio para uno nuevo?
Aferrarse al
amor es como quedarse en un lugar que ya no te pertenece. Es como vivir en un recuerdo, en un
sueño que ya no existe. Y aunque duele soltar, duele más quedarse atrapado en algo
que ya no es real. Porque la vida sigue, y el mundo está lleno de posibilidades,
de personas, de amores que
aún no conoces.
Así que, si estás ahí, aferrado a un amor que ya no
es lo que era, recuerda
esto: soltar no es rendirse, es liberarse. No es olvidar, es honrar lo que
fue. No es perder, es
ganar la oportunidad de volver a amar. Porque el amor no se
trata de aferrarse, sino
de dejar ir cuando es necesario, confiando en que el corazón, aunque ahora esté roto,
volverá a latir con fuerza.
El amor no
se acaba cuando soltamos. Se transforma. Y en esa transformación,
encontramos la fuerza para
seguir adelante, para amar de nuevo, para vivir plenamente. Así que, si tu corazón no quiere soltar,
escúchalo, pero también recuérdale que merece algo real, algo que esté aquí y
ahora, no en un recuerdo. Porque el amor, cuando es
verdadero, nunca se pierde. Solo cambia de forma.
PODCASTS
P518 CUANDO AMAR NO ES SUFICIENTE:
SOLTAR, SANAR Y SEGUIR
El amor, por sí solo, no
siempre es suficiente para sostener una relación. A veces, soltar es la única
opción para sanar y recuperar la paz. Este podcast explora el proceso de
aceptar el adiós, sanar las heridas emocionales y encontrar la fortaleza para
seguir adelante con amor propio y dignidad.
P518 WHEN LOVING IS NOT ENOUGH:
LETTING GO, HEALING, AND MOVING ON.
Love alone is not always
enough to sustain a relationship. Sometimes, letting go is the only way to heal
and regain peace. This podcast explores the process of accepting goodbyes,
healing emotional wounds, and finding the strength to move forward with
self-love and dignity.
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