Google Ads

PERDONAR GENERA PAZ Y ARMONÍA


Estrés y emociones negativas generadas por sentimientos como el odio y la ira causan enfermedades.

Vivir con rencor no solo obstaculiza el desarrollo personal y profesional, también puede conducir a tomar decisiones equivocadas y, como lo ha venido demostrando la ciencia, tiene un efecto negativo sobre la salud.

Desde cuando el psicólogo estadounidense Robert Ader describió la relación que hay entre los procesos psicológicos, las emociones y la salud, empezó a hablarse de una nueva disciplina que se conoce como psiconeuroendocrinoinmunología.

Esta área de estudio ha permitido encontrar los cómos y los porqués de las relaciones o de la comunicación entre el sistema nervioso central, el pensamiento e incluso las defensas del cuerpo. En otras palabras, descubrir las sendas biológicas que hacen que la mente, las emociones y el cuerpo estén íntimamente interrelacionadas.

David Felten, reconocido neurocientífico estadounidense, descubrió, por su parte, que las sustancias que más impactan en el cerebro y en el sistema de defensas actúan con mayor intensidad en las zonas que regulan las emociones. Sobre esta base se descubrió el poderoso efecto que tiene el estado mental de las personas sobre el sistema nervioso autónomo, que regula la mayoría de las funciones no voluntarias del cuerpo.

Lo curioso es que se encontró exactamente en qué punto se reúne este sistema nervioso autónomo con los linfocitos y los macrófagos, que son las células que se encargan de defender el cuerpo. Hoy se sabe que sin esas uniones el sistema inmunológico no responde de manera específica frente a bacterias o virus invasores.

Los investigadores han logrado establecer que las emociones, el sistema de defensas y las hormonas que se liberan con el estrés están relacionados, al punto que la adrenalina, la noradrenalina y el cortisol (sustancias que se elevan con el estrés) bloquean la función de las células que defienden al cuerpo.

Más que bajas defensas
De ahí la hipótesis de que el estrés y las emociones negativas generadas por el rencor, la ira y el odio pueden causar ciertas enfermedades. Valga recalcar que los investigadores no se refieren solo a enfermedades relacionadas con la baja de las defensas, también han cuantificado un doble riesgo para adquirir males como asma, artritis, dolores, úlceras gástricas y alteraciones cardiovasculares.

Una de las formas más comunes de sufrimiento está dada por la ansiedad que se magnifica con recuerdos dolorosos, hechos violentos o duelos sin resolver. Aunque la gente lo evidencia como un temor no específico, el psicólogo español Pablo Palmero enfatiza que ese estado ansioso no viene de afuera, sino que tiene asidero en la memoria de la persona y que puede debilitar funciones importantes para el equilibrio del organismo.

La ira y la hostilidad generados por sentimientos de venganza activan las glándulas que producen el cortisol, la epinefrina y la norepinefrina, que pueden afectar el funcionamiento de neuronas en el hipocampo, un área del cerebro relacionada con el aprendizaje; si la situación se prolonga, estas células cerebrales pueden morir.

Menos depresión
Casi al mismo tiempo que se estableció que las emociones negativas afectan la salud, los investigadores empezaron a preguntarse si ésta se beneficiaba cuando dejan de experimentarse sentimientos negativos.

Frederic Luskin, Ph. D. e investigador de la Universidad de Stanford, es considerado un pionero en la respuesta a este interrogante. Asegura que las personas que aprenden a perdonar experimentan menos ansiedad y estrés, elevan su seguridad, se deprimen menos y tienen mejor salud.

Entre los estudios que lo ratifican se encuentra el de Van Oyen, que en el 2001 demostró que cuando la gente perdona a su ofensor experimenta mejoras en los sistemas nervioso y cardiovascular. Otra investigación de la Universidad de Wisconsin relacionó, en el 2000, la intensidad del perdón con una mejoría en ciertas enfermedades. En dicho trabajo, quienes más perdonaron reportaron menos síntomas como dolor, insomnio y malestares respiratorios (incluido el asma). En un estudio llevado a cabo por Luskin en el 2008 con la U. de Wisconsin, se demostró que aprender a perdonar reduce el estrés a corto plazo.

A pesar de que todo apunta a que el perdón tiene importantes efectos en el plano emocional y físico, a grado tal que puede cuantificarse en términos de bienestar y ausencia de enfermedades, se sabe que el perdón como herramienta terapéutica es una disciplina que apenas empieza a conocerse desde el plano de la evidencia.

Lo que es claro es que perdonar hace que la gente se sienta mucho mejor.

Lo que debe tener en cuenta
1. Recuerde
Rememore el daño en forma objetiva, sin juzgar y sin quitarle ni agregarle nada. Evite la autocompasión.

2. Sea empático
No vea al otro como un malvado. Intente comprender por qué le hizo daño.

3. Sea altruista
Lo que cabe es perdonar, aunque no sea fácil; asúmalo como una especie de regalo desinteresado.

4. Hágalo público
Escriba un certificado de perdón al agresor y cuéntele a algún amigo.

5. Perdone; no olvide
Perdonar no es borrar los recuerdos, es cambiarles las etiquetas. Recordar no significa falta de perdón.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Por favor, escriba aquí sus comentarios

Gracias por su visita.

EnPazyArmonia