¿Qué
más quieres de mí? He pasado por
la prueba de tu amor, y aquí estoy, aún sin tener el valor de escapar
del dolor. Pero,
¿de verdad es tan difícil ser honestos? ¿Cuánto tiempo más podré seguir viviendo en esta
hipocresía?
No
me presumas por ahí que me has robado el corazón, porque la realidad es
que no me queda nada más.
Sí, prefiero ser el perdedor
que te ha dado todo, aunque al final no me quede nada. Es duro, pero ya no puedo seguir resistiendo
esa extraña sensación que me enfría la piel como un invierno fuera de estación.
Tus miradas y las mías se ignoran, y
la verdad es que todo pierde sentido. A veces, es mejor el vacío que el olvido. Así
que elijo dejarte partir
antes que seguir siendo tu prisionero. No andes por ahí diciendo que eres la dueña de mis sentimientos;
eso no es justo.
Prefiero
ser el que lo ha dado todo y no le queda nada, que seguir atrapado en esta
montaña rusa de emociones.
¡Ya basta! Solo me
pregunto, ¿qué más quieres de mí si he pasado esta prueba?
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