Es verdad que todo tiene un
motivo, una razón de ser.
A veces luchamos contra ello pero al final nos damos
cuenta que todo sucedía por un propósito que yo no entendía, pero que
necesitaba aprender.
Es
en los momentos malos de la vida, que aprendemos, que crecemos.
El proceso de crecer, desde que nacemos hasta que morimos
es muy grande. A veces el crecimiento es muy leve, otras parece que se estanca
(y a veces es así), y otras,
es duro, pero sigues crecido como persona.
Luego
te sientes liberado, de alguna manera, adquieres sabiduría y fuerza para
afrontar la próxima (porque seguro habrá próxima) y estarás fuerte para
seguir creciendo y aprendiendo.
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