Si quieres estar en paz y alejar el
sufrimiento reconoce todo
lo que le gusta al ego. Al este le fascina: aferrarse,
ambicionar, atesorar, competir, controlar, derrochar, dominar, figurar, poseer,
juzgar, rivalizar.
Si quieres ser feliz tienes que silenciarlo y escuchar la voz del amor que
siempre es humilde. Decide estar vigilante para evitar acciones
que sólo generan conflictos, estrés y sufrimiento. Necesitas
dedicarte a una labor espiritual con entrega, ya que el ego es insaciable y
nunca está contento con lo que tiene. Él buscará por todos los medios imponer
su voluntad, pero tú puedes amansarlo y lograr la felicidad.
Al ego también le gusta todo lo que es fácil y
sin esfuerzo, le tienta todo lo cómodo. Elige estar vigilante y conságrate a tener cada día menos
ego y menos apegos, de modo que puedas afirmar con el poema favorito de
Nelson Mandela, “soy el maestro de mis destino, soy el capitán de
mi alma”.
Haz la misma labor de un jardinero en los cinco
campos de la vida: desmalezar,
arar, sembrar, abonar, regar, podar y cuidar con amor. Es una labor paciente de pulimento, es una alquimia interior que
transmuta el plomo en oro.
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