A tantos una crisis los llevó al
espacio del ser y lo que veían como malo fue una experiencia con un halo
sagrado.
Muchos
que han crecido con el
dolor o tras una enfermedad viven un renacimiento como lo admiramos en
Nick Vujicic.
Un
“mal” bien asumido los
sacó de una cárcel emocional y los llevó a amar sin amarrar y a convivir sin juzgar.
A veces en la escuela del dolor se
aprende a tener sin poseer, corregir sin herir y recordar sin odiar ni
culparse.
La
verdad es que el amor y la
fe transforman una dura prueba en una “experiencia cumbre”.
Puedes llegar a un despertar de
consciencia cuando el mal te asedia y te impele a hacer cambios.
Por lo
común tenemos que caer del caballo como San Pablo, sentirnos derrotados para iniciar una nueva vida.
Con fe
experimentamos lo mismo que él vivió cuando pasó de ser un perseguidor a un defensor de Cristo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios