Esta
reflexión nos invita a pensar sobre la aceptación y el amor verdadero en las
relaciones interpersonales. Muchas veces, caemos en la trampa de querer cambiar
al otro o de permitir que nos cambien para mantener una relación, sin darnos
cuenta de que esto puede ser muy dañino tanto para nosotros como para la otra
persona.
La
verdadera aceptación y el amor se basan en permitir que la otra persona sea tal
y como es, con sus virtudes y defectos, sin intentar cambiarla a nuestro
antojo.
Esto no
quiere decir que debamos tolerar comportamientos tóxicos o dañinos, sino
que debemos aprender a
establecer límites y comunicar nuestras necesidades de forma clara y
respetuosa.
Es importante recordar que el cambio debe surgir de uno mismo, no debe ser impuesto
por alguien más. Si
sentimos la necesidad de cambiar algo en nuestra vida, debemos hacerlo por
nosotros mismos, no por complacer a alguien más.
En última instancia, si alguien nos pide que cambiemos algo fundamental en
nosotros mismos, debemos preguntarnos si realmente esa persona nos ama y nos
acepta tal y como somos.
Si
alguien te dice que tienes que cambiar, significa que no te acepta. Si
te dicen “te quiero” pero si quieres estar conmigo, “tienes que cambiar” te están pidiendo que dejes de
ser quien eres.
Cuando
el enamoramiento pasa, cuando la relación madura, cuando me siento aceptado por
ti, es cuando realmente me puedo mostrar tal y como soy.
Cuando siento
que la otra persona me ama, a mí, al que realmente soy. Sé que me amas porque
me aceptas, el amor pasa inevitablemente por la aceptación. Si me pides que
cambie cosas fundamentales de la personalidad es que no me amas.
Cuando
alguien te dice tienes que cambiar, el problema no eres tú .El problema lo
tiene aquel que no te acepta, el que no puede soportar tu forma de ser o de ver
la vida.
Puede que tú, efectivamente tengas aspectos que la otra persona no tolere, entonces,
¿por qué permanece a tu lado? Si yo necesito que cambies, es manipularte.
En
realidad si soy yo el que no me siento bien contigo tal y como eres, es mi
necesidad y mi problema, no el tuyo.
Si tú
quieres cambiar o no, es solo decisión tuya, nadie puede decidir eso por ti, tú
elegirás el momento y la forma.
El
cambio es algo que se produce desde dentro, decidimos cambiar cuando nos
sentimos infelices, cuando nos planteamos que estamos haciendo mal, cuando nos
miramos por dentro y nos damos cuenta que algo no está funcionando.
Te has
preguntado ¿Alguien acude al psicólogo cuando es muy feliz?
Si alguien te dice que tienes que cambiar y te explica todas
esas cosas que no le agradan de ti, aquellas que quiere que cambies, simplemente te está diciendo que sus
expectativas, no se cumplen.
Creo que muchos de nosotros hemos vivido esta situación, se nos ha pedido que cambiemos o
hemos exigido al otro que cambie. Seamos honestos, si sentimos la necesidad de que
el otro debe de cambiar, asumamos que somos nosotros los que no
aceptamos la forma de ser del otro.
Pregúntate
si lo que quieres cambiar en la otra persona son aspectos menores de actitud y
comportamiento o corresponden a cambios mayores de la personalidad
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