Así enseñaba Jesús de Nazareth: Ama a tus enemigos, haz bien a
los que te odian, ruega por los que los que te maltratan.
Trata a los demás como quieres que ellos te traten a ti.
Si solo amas a los que te aman, no haces nada de especial; hasta los malos aman a los que los aman.
No juzgues y no serás juzgado, no condenes y no serás condenado, perdona y serás perdonado.
Con la misma medida que midas a los demás, serás medido.
¿Por qué te fijas en la pelusa que tiene tu hermano en un ojo y no eres consciente de la viga que hay en el tuyo?
Cada árbol se conoce por sus frutos y el ser bueno saca cosas buenas
de su propio corazón.
Quien oye y no practica es como el que levanta una casa sobre arena y viene la corriente y la tumba.
El que recibe a los otros a mí me recibe.
Aunque uno lo tenga todo, no son sus posesiones las que le dan vida.
Trata a los demás como quieres que ellos te traten a ti.
Si solo amas a los que te aman, no haces nada de especial; hasta los malos aman a los que los aman.
No juzgues y no serás juzgado, no condenes y no serás condenado, perdona y serás perdonado.
Con la misma medida que midas a los demás, serás medido.
¿Por qué te fijas en la pelusa que tiene tu hermano en un ojo y no eres consciente de la viga que hay en el tuyo?
Quien oye y no practica es como el que levanta una casa sobre arena y viene la corriente y la tumba.
El que recibe a los otros a mí me recibe.
Aunque uno lo tenga todo, no son sus posesiones las que le dan vida.
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