Pienso
en los autos blindados y veo que necesitamos blindarnos contra todo lo que nos
altera o descompone.
El blindaje más seguro es el de un amor puro
y el de una confianza fuerte en Dios y en mí.
Cuando
estoy en la frecuencia del amor y cultivo una confianza firme nada ni nadie me
puede afectar.
Si de
verdad vivo en conexión con Dios, ¿Qué puedo temer? Dios es mi escudo, mi roca
y mi baluarte.
Ahora bien, cuando bajo las defensas me
expongo a tantas malas energías creadas por los seres humanos.
La magia negra sí existe y también hay
entidades que pueden entrar en mí cuando mi alma está en el suelo.
Pero
nada me lesiona si de verdad amo, me amo, confío y no me dejo vencer por los
miedos.
¿Qué quiero hacer para estar en paz? Todo
depende de mí.
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