1.
Meditar es entrar al interior, sintonizar con Dios, estar en su presencia, amarlo y sentirte amado por Él.
2. Es puro ejercicio de amor, no requiere de técnicas.
3. El silencio y la soledad ayudan. También cerrar los ojos y
ayudarse con una música relajante.
4. Mejor que callar la mente es enfocarla en lo positivo
con poderosas afirmaciones.
5. También fluyes al profundizar un texto,
una bella plegaria, o un hecho de la vida, ofrecer un trabajo y dar gracias por los favores
recibidos.
6. La respiración es clave y debe ser acompasada, profunda y consciente.
Se logra con práctica.
7. Los mantras sirven. Puede ser el tradicional Om, el Amén, o
repetir el nombre de Jesús.
Meditar
debe ser un hábito, no un simple salvavidas en las crisis. La meditación lleva
a la iluminación.
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