La percepción del paso del
tiempo no es objetiva, como un reloj, sino subjetiva y acoplada a
nuestras vivencias.
Científicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega han arrojado
más luz sobre esta cuestión.
En experimentos con ratones de laboratorio, han localizado un reloj neural que hace un
seguimiento del paso del tiempo.
Han constatado que las
experiencias alteran la percepción del tiempo: “el cerebro construye el tiempo como un evento que
se experimenta”.
Dice Albert Tsao, autor del estudio: “La red de neuronas en el hipocampo
no codifica el tiempo explícitamente.
Más bien crea un
tiempo subjetivo que nace del flujo continuo de la experiencia y crea nuestra percepción del
tiempo”.
Eso explica el motivo por el que el tiempo a veces parece detenerse o avanzar demasiado
rápido.
Muchas de las
realidades que parecen objetivas son subjetivas y
eso nos recuerda que tener la razón es una ilusión del ego.
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