La terapeuta familiar Bárbara de Angelis, de Filadelfia, asegura que
pocas parejas llegan donde ella con una lista de soluciones.
Se aparecen con una lista de problemas que casi
siempre achacan al otro o a sus parientes y el ego los ciega para conciliar.
Su papel como terapista consiste en desarmar el espíritu de esas
personas, calmarlas y ayudarlas a asumir una actitud amorosa.
Ya con un enfoque más sereno y objetivo ven
que ellos también son
responsables, brota el perdón y sueltan pesos oprimentes.
Ella que es perdurable el amor de las
parejas que son fieles a un trabajo serio y constante, y abren espacio a lo espiritual.
No buscan recetas mágicas ni pretenden arreglar problemas de años en dos o tres citas de una hora.
Solo cuando perseveran con un buen plan comienzan
a ver los cambios y salvan su relación.
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