Toma un momento para relajar todo tu cuerpo, siéntate derecho y respira
profundo un buen rato.
Imagínate caminando por un sendero bajo un
cielo azul ampliamente abierto.
Sientes los sonidos de la naturaleza y la caricia del viento.
Estás libre y feliz.
En
un bosque ves varios niños corriendo hacia ti.
Se acercan sonrientes.
¿Cómo responde tu corazón a esta
visión?
¿Cuántos hay? ¿Cómo se ven? ¿Son niños, niñas, o ambos? Les dices hola
a todos y cuán feliz te siente de verlos.
Ahora elige un niño o niña que te está
mirando a los ojos y tiene un mensaje para ti está escrito en sus ojos.
¿Puedes percibirlo? ¿Qué es lo que quiere decirte? te está entregando
una energía que necesitas justo ahora.
Extiende las manos y recibe la energía que
este niño interior ha venido a traerte, y no la juzgues.
Simplemente agradece a él o a ella, y luego libera la imagen.
Has
conectado con una parte escondida de ustedes mismos.
Puedes regresar a esta escena todas las
veces que quieras, y tal vez hablar con los otros niños también.
Ejercicio llegado del cielo.
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