Conocer
las diferencias existentes en tantas culturas es un buen medio para crecer en
tolerancia.
En
Egipto el saludo se relaciona con el clima: ¿Cómo va tu transpiración?
Deseo que sea sana.
En
Turquía lo habitual es pensar en Dios al decir: Que Dios te conceda todos sus
favores.
Para un buen número de persas su saludo habitual
es: Ojalá tu sombra no
disminuya nunca.
Y
en la China es común que alguien te diga: Te deseo que puedas comer arroz
con buen apetito.
Algunos árabes suelen decir: Que la paz esté contigo y que Alá te proteja siempre.
En
Tanzania, si un niño saluda a un anciano, éste le dice: Que Dios te conceda larga vida y
canas como las mías.
¡Ah, cómo somos de distintos!
Entenderlo
y aceptarlo es clave para convivir en armonía valorando esas diferencias.
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