Alégrate si eres consciente de la paz
que pierdes cuando compites con otros por tener el control o el poder.
Tu felicidad está en manifestar bondad
y afecto, en serenarte y hacer todo con amor y por amor.
Siente
más y más a Dios en tu interior, vive en comunión con Él y deja que su Espíritu
guíe tus pasos.
Busca la paz interior siendo un amante
del silencio y dedicando tiempo a relajarte, orar y meditar.
Si lo
haces verás cómo las contrariedades cotidianas no te perturban y disfrutas el
gozo de cada instante.
Quizás
la adversidad te deje a veces con pocos vestigios de fe, pero siempre hay salidas si
perseveras y confías.
Sueña
con días mejores y da lo
mejor de ti porque tienes poder para ir más allá de las limitaciones.
Eres un
espíritu de paso por la tierra y estás acá para crecer en el amor y ser parte de la solución,
no del problema.
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