Un
experto del Servicio Sismológico Nacional de la Universidad Nacional Autónoma
de México señala un cuadro que muestra datos del terremoto de magnitud 8,1 que
azotó Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985.
CIUDAD DE MÉXICO — Es la una de la mañana cuando te
despierta un ruido estremecedor: “Alerta sísmica” dice una voz en medio de sirenas y zumbidos de alarma.
¿Qué haces?
Vivir en una zona propensa a sismos, en particular
después de mortíferos terremotos como los del pasado septiembre y el del 19 de
septiembre de 1985, ha
hecho saber a muchos mexicanos que tienen que salir de la estructura donde se
encuentran. Pero es poco probable que lo hagan ya con una estrategia en
mente sobre cuál es la
mejor ruta de evacuación y qué necesitan tener a la mano cuando la siguen.
“En el momento no piensas en qué tienes que agarrar, solo
en salir”, reconoció Míriam González, de 42 años y habitante de la delegación
Benito Juárez, ubicada al centro-sur de la ciudad, después del sismo de la
madrugada del lunes 19 de febrero.
Los
expertos indican que es muy importante ya tener preparadas ciertas medidas:
saber por dónde es mejor salir, por ejemplo, o disponer siempre al lado de la
puerta un par de zapatos, un suéter, una mochila o llaves para poder agarrarlos
en el camino sin añadir tiempo a la evacuación.
“La
población debe ser resiliente y no resistente”, dijo Fabricio Castrejón
Orihuela, coordinador de proyectos de la dirección general de prevención de la
Secretaría de Protección Civil de Ciudad de México, vía un correo electrónico.
“Es decir, aprender a
vivir con los temblores y saber qué hacer ante ellos, pues no podemos evitar
que tiemble”.
Para ello es importante saber por dónde empezar, pues
incluso algunos mexicanos que han caído en cuenta de la necesidad de tener una planeación preventiva
—en particular después de las experiencias del pasado septiembre— no
necesariamente han actuado en consecuencia.
“Sabemos
que hay que tener ciertas cosas ya listas, pero no lo hemos vuelto un hábito”,
indicó Claudia Gutiérrez, de 45 años y residente de Portales, una de las
colonias que sufrió los peores derrumbes en la capital después del 19 de
septiembre.
A
continuación, algunas recomendaciones para tener en cuenta en caso de sismo o
algún otro fenómeno, como incendios.
Accesos
y salidas
Lo más importante es planear cómo salir de donde te
encuentras si suena la alerta sísmica. ¿Qué escalera es la más cercana? Si los
accesos están bloqueados, ¿ya sabes por dónde podrías acceder a la calle o en
qué zona es mejor resguardarte si no? En caso de encontrarte en un espacio
público, como un centro comercial, ¿recuerdas cuál es la salida más cercana?
“Antes las rutas eran más… improvisadas, salías como
pensaras que fuera más rápido”, señaló Angélica Pérez, de 49 años, sobre cómo
vivió el sismo del viernes 16 de febrero en comparación al del 19 de septiembre
en su trabajo, en Tlalpan, al sur de la ciudad. “Siento que esta vez reaccioné
más rápido, en parte porque la empresa ya nos dijo cómo evacuar mejor”.
Además,
tener planeada una ruta no sirve solamente para la evacuación en sí, sino para
poder atender mejor las emociones propias y de familiares o vecinos
conmocionados por la alerta o el movimiento telúrico.
“En comparación con el pasado, esta vez me relajó mucho
ya saber qué hacer y saber que podía guiar a mi nieta”, dijo Leticia López,
enfermera de 50 años que vive en Xochimilco, después del terremoto del viernes.
Los rectángulos y círculos pintados en las aceras de
Ciudad de México sirven como puntos de reunión tras evacuaciones masivas
durante emergencias, como los sismos. “Cada lugar es distinto y no hay reglas de oro”. Lo más
importante para pensar en cuál es la mejor ruta es entonces tomar en cuenta las
peculiaridades del inmueble.
Es decir, si es una casa de dos pisos, es probable que
quienes estén dentro puedan salir dentro de los cincuenta o setenta segundos en
los que suena la alerta antes de un sismo relativamente lejanos e incluso en
casos en los que no suene debido a que el epicentro del sismo es más cercano,
como sucedió el 19 de septiembre del año pasado.
Por ejemplo, en un edificio de departamentos—, también es
poco probable que se complique mucho llegar a la planta baja incluso si el
único acceso son unas escaleras, pues no estarían saliendo tantas personas al
mismo tiempo. Pero si hay más de veinte personas en cada piso, recalcó
Castrejón Orihuela, quizá lo
mejor es evaluar si solo deben bajar los de los primeros pisos.
Y es que en casos como esos quienes están más arriba
podrían quedarse atorados en las escaleras o sufrir tropiezos. Los expertos en
gestión de riesgos
recalcan que ya que empieza el sismo no conviene estar en escaleras, debido a
que la estructura que las rodea podría debilitarse a causa del movimiento, por
lo que es importante que no haya tantas personas saliendo casi en estampida al
mismo tiempo.
• Si
es posible salir: Si te encuentras dentro de tu casa, oficina o un lugar
que ya conoces, lo mejor es identificar desde antes dónde están los posibles
riesgos al salir, como llaves de gas donde podría haber fugas, cables sueltos,
bardas, lámparas o postes.
Ya fuera, en el caso específico de Ciudad de México, lo idóneo es dirigirte al punto
de encuentro: el círculo pintado de verde donde uno queda relativamente
despejado de estructuras que podrían caer.
Es importante que, pese al pánico, no salgas directo a
una avenida sin fijarte, pues podrías sufrir un atropellamiento.
• Si
no es posible salir: Busca una zona donde, en caso de colapso, se pueda formar
un “espacio vital aislado”, como lo llama Castrejón Orihuela. Por
ejemplo, un mueble robusto de cierta altura que, si caen los muros, prevenga
que se desplomen encima de ti (pero que no sea de tal peso o tamaño que el
mueble mismo sea el que pueda caerte encima, como un librero suelto).
Este lugar seguro ha sido llamado en ocasiones un
“triángulo de la vida”, pero Castrejón Orihuela indica que no hay que pensar en “una figura
geométrica como tal”.
Las autoridades también recalcan que depende de la construcción.
Expertos del Cenapred han dicho que muchas viviendas en México no pueden
pensarse como espacios para “triángulo” pues tienden a tener muchas losas, que caen con demasiado
peso como para ser sostenidas por algún mueble. Y si los muros son divisorios,
su material usualmente es más endeble, por lo que tampoco es idóneo pegarse a estos.
Protección Civil recomienda averiguar
dónde están las vigas, las trabes y los muros de contención y, ya que
empiece a temblar, acostarse o sentarse en posición fetal para que sea menos
probable sufrir golpes de objetos que caigan.
Valdés González, del Cenapred, indica que una posible manera de revisar dónde
están los lugares más seguros, si no están disponibles los planos del
sitio, es tocar las paredes —”si suena hueco, no sirven”— o hacer pequeños
agujeros con un clavo para ver la consistencia y grosor. El experto del centro
de prevención también sugiere revisar desde antes si vives en una zona sísmica
(por medio del atlas de riesgos de Ciudad de México) y saber cuándo fue
construida tu vivienda u oficina. “Si fue hace más de treinta años, no cumple
con las nuevas normas de construcción y hay que fortalecer”, dijo.
Lo
que hay que tener a la mano
Una de las recomendaciones clave hechas por las autoridades es tener una mochila de
emergencia y resguardarla cerca de las salidas o en un lugar fácilmente
alcanzable. Esta debe contener cosas básicas, como agua embotellada, comida enlatada —Valdés
González sugiere que sea suficiente para cuatro días—, un silbato —para hacer
un ruido distinguible si llegas a quedar atrapado—, un kit de primeros auxilios
y lámparas de pila.
También
se recomienda guardar copias de documentos, como actas de nacimiento o títulos
de propiedad de un inmueble o automóvil; para facilitar su portabilidad,
lo mejor es que sean escaneados y guardados en una memoria USB. Puede ser de utilidad guardar en
la mochila una copia de las llaves de tu hogar para que puedas reingresar si no
las agarraste al salir. Aquí puedes ver algunos consejos oficiales sobre
qué debes revisar antes de regresar a la construcción de la que saliste.
Sin embargo, “cada mochila de vida es un traje a la medida”, dijo Castrejón
Orihuela. ¿Tienes hijos pequeños? Entonces es importante pensar en incluir
necesidades como pañales. Si
tienes una mascota, conviene meter a la mochila algo de alimento.
Leticia López, la enfermera, dijo que en su mochila
tiene, además de lo básico, dos cobijas y un juguete para su nieta. Javier
Arturo Ángeles, habitante de la delegación Benito Juárez, dijo que en su mochila cuenta
con dos cargadores para su celular para poder mantenerse en contacto y con una
correa adicional para sus perros, así como con premios para estos pues
“pesan menos que las croquetas y sirven para alimentarlos por unas horas”.
Para
agilizar la salida no solo sirve tener las cosas ya guardadas y pensar bien en
dónde son más accesibles camino a la evacuación o a una zona segura designada,
sino delimitar responsabilidades. “Cada integrante de la familia o el
inmueble deberá tener una función durante el sismo, como ir por la mascota,
ayudar a los mayores o ir por la mochila”, señaló Castrejón Orihuela.
También
es valioso hablar desde antes con tus seres queridos y conocidos sobre dónde
podrían reencontrarse si no están juntos; por ejemplo, establecer que se
verán en la escuela o la oficina de algún familiar. Esto sobre todo porque “es
probable que se caigan las comunicaciones”, dijo Valdés González.
Lo
más importante es que hagas un análisis de riesgo a partir de estas
recomendaciones para que, en caso de que llegue un sismo, sepas qué hacer de
una manera casi mecánica y así no solo quedes protegido, sino lo más tranquilo
posible incluso en medio de las circunstancias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios