Tu desasosiego acaso nace de vivir anclado en el ayer, preso de odios, culpas o nostalgia.
¿Cómo salir de ese tremedal? Con el poder sanador de un perdón profundo que brota como agua clara si eliges comprender.
Suelta el ancla, entra a tu corazón o al del ofensor y cae en la cuenta de los vacíos, las carencias y la inconsciencia.
El sufrimiento mana como agua oscura al viajar a un futuro plagado de males con una mente amedrentada.
Tus miedos se esfuman con un amor intenso y una fe sólida.
El miedo siempre pierde la batalla ante el amor y la confianza.
Ama en el ahora y no te embolates viajando a un ayer que ya no existe ni a un futuro que debes dejar en las manos de Dios.
Dedica al menos 20 minutos diarios a tu alma porque el sabio se conoce, se siente, se aquieta y se observa.
Toda la sapiencia está en cuatro palabras: Ama aquí y ahora.
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