Querida,
cada momento de mi vida es como un eco que me grita tu nombre. Cada día
que pasa, pienso en ti más y más.
Estoy aquí, lidiando con
mi soledad, y no te imaginas lo mal que se siente. ¡Oh, ven ya!
Esa
herida que dejaste todavía no se ha sanado. Te extraño, y las lágrimas siguen cayendo. Mira mi soledad; es un recordatorio constante
de que algo falta. Tiempo, amigo cruel, ¡¿por qué pasa tan rápido sin ti?!
Te
pido que pienses en mí solo un momento. Date cuenta de que este vacío no me deja vivir. Quiero ver luz en mi casa
de nuevo, quiero dejar de
sufrir, pero aquí estoy, muriendo lentamente.
Así que, querida, hazlo por lo que más quieras.
Ven a mí, porque en esta soledad, la tristeza me abruma. Quiero que tengas compasión
por mí, porque cada día es una lucha y cada noche se siente más oscura.
Dime cuándo volverás. Esa pregunta me atormenta, pero
aún tengo la esperanza de que, en algún momento, escucharé tu voz y sentiré tu calidez
nuevamente. ¿Cuándo vas a volver? Necesito saberlo.
Tú, la única que puede llenar este vacío. Dime, ¿cuándo? Porque la verdad
es que no puedo, ni quiero olvidarte. ¡Ah, querida! La soledad no es mi mejor amiga,
pero tú eres la única que puede traerme de vuelta a la vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios