La
mayoría de las personas hablan de la manzana que sedujo a Eva y Adán en el
paraíso.
La verdad es el colorido relato bíblico
no habla de un manzano
sino del árbol del conocimiento.
El
fruto es un símbolo que habla del orgullo y la tentación
es ser más de lo que son.
El
orgullo está detrás de todos los males y sólo cuando te
cultivas espiritualmente lo desenmascaras y lo dominas.
El
orgullo es el mismo Ego que se cree superior,
desprecia, manipula, subyuga y degrada.
Por
eso disfrutas de tanta paz y armonía cuando silencias el Ego
y decides ser humilde.
Siendo sencillo te valoras, valoras a
los otros, no juzgas, no
envidias y en todo actúas como un instrumento divino.
Mientras el soberbio sufre y hace sufrir, el humilde vuelve al paraíso y disfruta unas relaciones serenas.
Mientras el soberbio sufre y hace sufrir, el humilde vuelve al paraíso y disfruta unas relaciones serenas.
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