Si quieres un poco de mí, me deberías
esperar. No hay prisa cuando se trata de lo que realmente importa. Caminar
a paso lento, tan lento que puedas sentir cómo el tiempo se va
disolviendo entre nosotros. Es poco a poco cuando se olvidan las prisas
y el tiempo y su velocidad dejan de importar.
Te pido que seas delicado y que esperes, porque
solo así podré darte todo lo que tengo. No se trata de correr ni de
apresurarnos, sino de frenar
el ritmo, de ir muy lento, cada vez más.
Si me das
paciencia, verás que es mejor que andar corriendo sin rumbo. Es mejor levantar vuelo
cuando el viento está a favor, cuando todo se siente en calma. Olvidemos el tiempo y dejemos que lo mejor de
nosotros se revele a su debido momento.
Sé delicado y espera, porque solo con tiempo puedo darte todo lo que
tengo. Si me hablas de amor, si suavizas cada paso, no estaré más tiempo sin saber
lo que siento. Todo lo bueno llega, pero necesita su espacio y su ritmo. Así que espera.
Dame tiempo. Te lo daré todo.
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