Aprovecha la siguiente plegaria si
estás enfermo o algún familiar o amigo enfrenta alguna dolencia:
"Rey bendito, aquejado por la
enfermedad me pongo en tus manos porque tú eres el médico celestial.
Solo quiero que tu voluntad amorosa se
cumpla en mí.
Guía con tu Espíritu y tu sabiduría al médico y a los que cuidan de
mi salud
Dales tu luz para que elijan lo mejor y
dame fortaleza para no sucumbir.
Yo confío en tu poder sanador.
Padre
amoroso, estoy dispuesto a
acoger lo que sea mejor para mí, aunque me cueste aceptarlo.
Tú eres todo en mi vida, como el sol que nos da luz y
calor, como el agua que da vida.
Siempre has estado solícito en mis
dificultades y sé que ahora también me acompañas y me das tu amor, tu fuerza,
tu luz y tu paz.
Si lo mejor es que me sane así lo
acepto, si se
acerca mi partida también lo asumo con paz y con amor.
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