En
los últimos tiempos, el ayuno intermitente se presenta como la fórmula para
adelgazar, estar más sano y más en forma. Pero ¿es así? Los estudios demuestran
que no está tan claro.
El ayuno
intermitente parece ser la nueva ideología en cuanto a nutrición. Todo
el
mundo asegura practicarlo: famosos, el amigo de una
amiga… Ah, y mi madre también. Todos ellos comen solo en determinados momentos del día. Jack
Dorsey, CEO de Twitter, ha llevado la idea hasta el extremo: come solo una vez al día.
No desayuna ni come a
mediodía, su única
ingesta sólida tiene lugar entre las 18:30 y las 20:30. Su ejemplo es
extremo (y no recomendable),
pero, por lo demás, todo discurre a la perfección para el negocio del ayuno
intermitente.
Hay
innumerables libros que prometen que el ayuno intermitente ayuda a recargar
energía y optimiza el peso. Además, aseguran que activa las células y alarga la vida.
Hay numerosas aplicaciones móviles para documentar los cambios
de peso. El ayuno
intermitente es parte de una floreciente industria global de nutrición. Sin
embargo, el ayuno temporal existe desde hace miles de años.
Originalmente se hacía por razones religiosas o espirituales, por el efecto
purificador del ayuno. En los tiempos actuales, se trata más bien de una
cuestión de peso.
¿Qué
es el ayuno intermitente y para qué es bueno?
Básicamente, consiste en restringir la ingesta calórica algún día de la semana o en
determinadas horas del día. Hay diversos métodos. Uno de los más
habituales es la dieta 5:2,
que consiste en comer como
siempre durante los cinco días laborables y limitar la ingesta calórica durante
el fin de semana a un máximo de 500 calorías. Según el periodista
científico Michael Mosley, con esta dieta se curó su diabetes tipo 2.
Otros
métodos restringen la ingesta calórica a determinados bloques del día,
prescindiendo de comer nada en las 12 o 18 horas restantes. Una de las
versiones más extremas es la
"dieta del guerrero”, que consiste en ayunar 20 horas al día y atiborrarse
las cuatro restantes. Pero ningún médico recomendaría este modelo de
alimentación.
La idea básica que subyace al ayuno intermitente es la de
dar tiempo suficiente al cuerpo para que baje el nivel de insulina que produce. De esta manera,
se obliga a las células grasas a liberar sus propias reservas de azúcar para
producir energía. Hay una
serie de estudios que muestran las ventajas del ayuno intermitente.
Experimentos con ratones y ratas han mostrado que el ayuno produce una pérdida
de peso y que baja la tensión y el colesterol de los animales estudiados. Pero todavía son raros los
estudios con humanos, porque es difícil someterlos a reglas de alimentación
rígidas.
No obstante, un reciente estudio sobre el tema, publicado
en la revista Cell Metabolism, arrojó que la restricción diaria de alimentos era beneficiosa
para la salud de personas con sobrepeso, colesterol alto, elevados niveles de
azúcar y tensión alta.
Los
participantes del estudio no cambiaron su alimentación, solo la
limitaron a determinados momentos del día, y perdieron un 3 por ciento de grasa
corporal y 4 por ciento de grasa abdominal. Esto significa que es aconsejable un ritmo de alimentación en el que solo se come
entre las 8:00 y las 18:00 horas del día y se ayuna el tiempo restante, es
decir, 14 horas, hasta las 8:00 hs. del día siguiente, aunque el estudio
solo se llevó a cabo con 19 participantes durante 3 meses.
¿Ayuno intermitente o dieta convencional?
Tales estudios "son, sencillamente, demasiado
pequeños y demasiado breves”, dice el doctor Tilman Kühn, del Centro alemán de
Investigación del Cáncer. "Además,
a ese estudio le falta algo totalmente decisivo: la comparación con una dieta
convencional de reducción de calorías”, dice Kühn.
Satchidananda Panda, profesor del Instituto Salk de
Estudios Biológicos y coautor del estudio, también recalca que "es necesario investigar más”
para determinar si el ayuno intermitente realmente ayuda a revertir los
problemas causados por una alimentación poco sana. Pero agrega que, en
el marco del estudio, han comprobado que las personas "duermen mejor y se despiertan
más descansadas”, cuando siguen una dieta 10:14.
Otros
estudios han demostrado que el ayuno intermitente no es más efectivo que una
dieta baja en calorías para reducir peso o mejorar el nivel de insulina.
Pero Panda defiende el modelo 10:14, sencillamente porque es más fácil de
seguir que otros modelos de ayuno intermitente o una dieta de reducción
calórica convencional. "Aunque
ambos métodos conduzcan a los mismos resultados ¿por qué iba la gente a
preferir algo más difícil de llevar a cabo?”, se pregunta.
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