Cuando
hay tristeza lo mejor es centrarnos en la causa de la señal, no en la señal en
sí.
La
tristeza es una emoción normal y, como tal, forma parte de la vida. “Es la
respuesta natural a situaciones en las
que experimentamos alguna forma de pérdida. Suele manifestarse con falta
de motivación, desgana, llanto, reducción de la actividad, sensación de pesadez
o falta de energía y pensamiento centrado en lo negativo”. La experiencia concreta de
tristeza puede variar de persona en persona, y de situación en situación.
Cuando
la tristeza impide a la persona llevar adelante su vida y genera un malestar
muy intenso, “consideramos que se puede estar franqueando el límite de
la tristeza patológica, la depresión”.
Pero no siempre es así. “Muchos eventos de la vida, como el fallecimiento de
alguien cercano, perder el trabajo, o una ruptura sentimental, pueden producir
una tristeza intensa sin que esto sea necesariamente anormal”.
Para
afrontar la tristeza normal que puede surgir en el día a día, el experto da una
serie de consejos:
1)
Centrarse en la causa de la tristeza, no en la tristeza
La tristeza normal es la señal de que algo no va bien en
nuestro día a día. “Lo mejor es, siempre que sea posible, centrarnos en la
causa de la señal, no en la señal en sí. Por ejemplo, si me siento triste por
haber discutido con una persona, la mejor forma de atajar la tristeza es
solucionar el problema”.
2)
Buscar el apoyo de los demás
Pero, en ocasiones – por ejemplo un fallecimiento – puede
que no haya una solución posible. En esos casos, Estupiñá sugiere, por ejemplo, “buscar el apoyo de los
demás”.
Hablar
del problema puede ayudar a veces. Aunque “se ha de hablar cuando uno siente que lo necesita.
Esto da una perspectiva externa de nuestros problemas y nos permite obtener
apoyo y desahogo”.
Sin embargo, advierte, “forzarse a hablar puede no ser tan positivo. El
interlocutor es muy importante y alguien con buenas intenciones, pero que esté
más interesado en arreglarnos la vida que en escucharnos, puede producir poco
confort”.
3)
Tratar de normalizar la situación
Otro método frente a la tristeza es tratar de normalizar
el ritmo de vida. Mantener las labores, el ocio y la rutina que se hacen en el
día a día. Eso sí, “sin forzarse”, añade Estupiñá.
4)
Buscar emociones positivas
El experto insta a experimentar emociones positivas. Cada
uno encontrará estas emociones en actividades diferentes. Algunos, por ejemplo,
podrán hacerlo en la música o el cine.
En general, “la actividad positiva, agradable y reforzante es la mejor respuesta
para la tristeza. Pero, hay que tener cuidado para evitar que se convierta en
una forma de escape de los problemas de la realidad”.
5)
Hacer deporte
El
deporte es una actividad muy positiva para el estado de ánimo y tiene
cierta cualidad euforizante por sí misma. “Esto se debe a los cambios en el
organismo, la secreción de endorfinas, y la sensación de reto y superación que
habitualmente conlleva”. Además, facilita el sueño y la alimentación, dos
procesos que también se pueden ver afectados por la tristeza.
6)
Evitar la apatía
Es habitual que la tristeza lleve a la apatía o la desgana, llevando a abandonar la
actividad social, de ocio, laboral, etc. “Esto puede hacer que nos
sumamos todavía más en la tristeza y que perdamos cosas positivas que servían
de combustible. Es muy importante que la tristeza no nos detenga
completamente”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios