La palabra deseo viene del latín
desiderio, según la raíz sid que, en la antigua lengua zenda, significa
estrella y stella en latín.
Por eso se llama sideral o estelar a
algo relativo a las estrellas.
Consagrarse a realizar un deseo o un
sueño es seguir la estrella,
es saber hacia donde va uno.
Una vida sin deseos y sin sueños es un
sendero brumoso,
una existencia pobre en ideales y rica en desdichas.
Consciente
de esto, detente y mira
cuánta pasión siembras en tus propósitos y en tu capacidad de servicio.
Tu
buena estrella y tu buena
suerte dependen no del destino, sino de tus decisiones y tu tenacidad.
Y esas
decisiones, a su vez, dependen
de tus creencias, de la visión que tienes de ti mismo y de la realidad.
Eres lo que crees.
Elige, por tanto, desear algo con
vehemencia, llegar a la cumbre y dejar una buena huella.
Haz lo que te dicte el corazón centrado en el amor y en Dios.
Sé tú mismo, ámate y ama lo que haces.
Así eres una persona estelar, un ser de luz.
Sé tú mismo, ámate y ama lo que haces.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios