Una
urgencia de la vida es encontrar muchas razones para vivir dentro de ti, no
fuera de ti mismo.
Ponerlas fuera es bien riesgoso porque dependes de los otros
y de realidades sobre las cuales no tienes control.
Por eso, ve a la esencia de la vida, y no levantes el frágil
palacio de tu felicidad sobre motivos externos.
Si lo haces te quedas sin salida y con el alma
rota ante una pérdida o
cuando un ser muere o se aparta de tu vera.
Son como la señora que le decía a un
siquiatra: “Estoy
deprimida porque mi esposo murió y mis dos hijos ya viven fuera”.
Otros piensan en el suicidio al dejar un cargo, jubilarse, ante un revés
económico o debido a una amputación.
Todos
ellos se identifican con lo externo y con lo que no son y,
al descuidar su alma, ferian la misma vida.
Ojo, tú no eres un cargo, ni un cuerpo; eres un espíritu de paso.
Cifra tu felicidad en
amarte y amar, no en realidades efímeras.
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