¿Cómo
disfrutar de una mejor vejez?
Expertos dicen que aunque los genes
influyen, llevar una vejez saludable depende en un 75% del estilo de vida. Estar rodeados de amigos y fomentar los pensamientos positivos son dos factores
indispensables para disfrutar la vejez.
La
gente en los países ricos vive cada vez más años. ¿Pero es una vida más larga
sinónimo de una vida mejor? ¿Y en qué medida podemos influir en la forma en la
que envejecemos?
A
sus 95 años, la canadiense Olga Kotelko lleva acumulados más de 30 récords
mundiales y 750 medallas de oro.
Pero
todos estos honores no los consiguió de joven. Kotelko empezó a competir a los 77 años.
"La edad es solo un número. Lo más importante es tu
actitud hacia las cosas que te pasan", dice esta mujer criada en el campo,
que sobrevivió a sus diez hermanos y a la mayoría de sus amigos.
Estilo de vida: 75 %; genes: 25%
¿Entonces,
es posible –como sugiere Kotelko- controlar cómo nos afecta el paso de los años
y convertirnos en superhéroes de la tercera edad?
Según
investigaciones llevadas a cabo en la Universidad de Newcastle, en Reino Unido,
cada 24 horas añadimos un promedio de cinco horas a
nuestras vidas. Es decir, un poco más de dos meses por año y al menos dos años
por década.
Esto, gracias a una mejora en las
condiciones de vida y a los avances médicos.
Si
bien en el caso de Kotelco su estado físico se debe, en parte, a sus genes, de
acuerdo a numerosas investigaciones estos determinan solo en un 25% cuán larga
será nuestra existencia: el
restante 75% depende del estilo de vida.
Y aunque todos sabemos que la clave está en seguir una
dieta saludable y hacer ejercicio con regularidad, hay otros aspectos
menos conocidos que tienen una influencia positiva.
Más
amigos, menos fragilidad
Uno
de los descubrimientos más sorprendentes de los últimos años es la importancia de la amistad -el tiempo que compartimos con amigos-
para envejecer sanamente.
"Cada
vez más estudios muestran que
cuanto más amigos tienes a los 50, 60 años, es menos probable que estés solo
cuando seas anciano. Y cuanto menos aislado estés, es menos probable que
te vuelvas frágil con el tiempo".
Por
otra parte, uno de los estudios más grandes sobre envejecimiento que se llevó a
cabo en Inglaterra concluyó que la gente que estaba
más aislada tenía menos probabilidades de sobrevivir en un período de siete
años que aquellos protegidos por una red social amplia.
Esto
puede deberse a que los amigos pueden detectar los signos de un problema de salud y persuadirnos
de buscar ayuda.
Además,
cuando se trata de prevenir la depresión, los amigos pueden llegar a ser más
importantes incluso que la familia.
La
importancia de los pensamientos positivos
La gente mayor que ve el proceso de envejecimiento con
buenos ojos tiende a vivir más que aquellos que lo consideran algo negativo.
Un
estudio en Reino Unido -que involucró a 9.000 personas- concluyó que aquellos que más disfrutan de la
vida viven más, independientemente de su estado de salud o su situación
económica.
Otro aspecto poco conocido se refiere a
la memoria. Se da por sentado que ésta empeora con los años. Sin embargo, algunas partes de nuestra
memoria mejoran con la edad, como por ejemplo nuestra capacidad de almacenar y recordar
conocimiento general y vocabulario.
Por
lo general, con los años, nos
debemos preparar para saber más que los jóvenes, pero no para ser tan rápidos
en asimilar cosas nuevas".
Y,
aunque es muy común y arraigado el temor al deterioro ligado a la vejez,
investigaciones recientes muestran que la mayoría de los ancianos viven felices y son
independientes.
"La realidad demuestra que la
forma en la pensamos sobre la vejez está cambiando significativamente".
"Mucha
gente de más de 85 años nos dice que, a pesar de sus condiciones crónicas,
todavía pueden ver a sus familiares y amigos, y que se sienten bien".
REFLEXIONES DE UN SACERDOTE: ¿Cómo Disfrutar de la Vejez?
La vejez es un regalo del tiempo, una etapa para abrazar con gratitud y sabiduría. En estos años dorados, encontramos la oportunidad de reflexionar sobre la vida vivida y compartir nuestra experiencia con las generaciones futuras. Aceptemos cada arruga y cada cana como símbolos de la fortaleza y la gracia que Dios nos ha otorgado. Cultivemos la paz interior y la fe, reconociendo que cada día es una bendición. Disfrutemos de las pequeñas alegrías, de la compañía de nuestros seres queridos y del amor eterno de Dios, que nos acompaña en cada paso de nuestro viaje. Amén.
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