QUIERO UNA PERSONA QUE ME HAGA FELIZ

“Quiero una persona que me haga feliz… alguien que me devuelva las ganas de vivir”

Cuando leo este tipo de frases en Twitter, Facebook y en otras redes sociales, pienso inmediatamente en la persona que las escribe, y en lo que siente. Después de pensar un rato, concluyo que esa persona está sola. Pero, ¿qué significa estar solo?

Estar solo, en mi concepto significa negarse a sí mismo. Es decir, no aceptarse tal y como uno es. Lo anterior implica que hay un ‘derrotismo’ dentro de la persona que le impide ser feliz.

Por derrotismo, entiéndase la actitud pesimista de una persona que asimila la vida como una serie de cargas impuestas. Dichas cargas, en esa persona que por lo general no es consciente de su actitud, se consideran cargas que otros deben resolver.

Por ejemplo, cuando uno desea que otro me haga feliz, o que otra me devuelva las ganas de vivir, es un mensaje que se transmite a la vida con un problema en búsqueda de solución pero la búsqueda está en el lugar equivocado.

Con lugar equivocado me refiero a la persona que busca que otro resuelva su problema, cuando en realidad, es ella misma quien debería resolver su problema.

El problema de aceptarse a sí mismo, y con la aceptación, quererse a sí mismo.  El hecho de aceptarse a uno mismo no solo implica el hecho de quererse, o el hecho de afirmar constantemente que “Me quiero, me respeto, me acepto como soy”.

No, en realidad eso puede funcionar, pero la propuesta es a que exista una aceptación más de fondo. En donde uno como ser humano, acepte su condición de humano. Y entienda que ser humano, no significa otra cosa distinta a ser perfectos pero a la vez imperfectos. Es decir, a tener virtudes, pero también grandes debilidades y con ellas, grandes batallas en las que uno lucha por sacar la vida adelante.

Por último y para finalizar, el aceptarse a sí mismo no solo trae consigo felicidad, sino que también nos rodea de personas imperfectas, pero felices. Lo anterior sugiere que las personas que no se aceptan son infelices, y a sorpresa de muchos, esa sugerencia es cierta. Es cierta porque la negación de uno mismo impide que uno se muestre con transparencia a los demás, lo que a su vez impide la sana relación y convivencia, debido a la existencia de un temor a que nuestros defectos sean descubiertos.  Y dicho temor, no nos deja ser feliz.

La invitación es, a que nos aceptemos tal y como somos, para poder vivir en paz y armonía con nosotros mismos y con los demás. Dejemos a un lado el temor a que los otros descubran nuestros defectos, y vivamos una vida donde no hay nada que esconder, para que de esta forma podamos alcanzar, lo que tanto nos cuesta, la felicidad.

En conclusión: No hay nada mejor que pasar el tiempo con una persona sencilla, y la sencillez está en el corazón del hombre cuando se acepta a sí mismo.

PD:

La perfección en la vida no está en el ser perfectos, está en el aceptarse tal y como uno es, con sus fortalezas y defectos.

@morenoverhagen