En grandes tragedias como una pandemia,
un terremoto o un huracán aparecen personas que ven la crisis como un problema
superable.
No se apoltronan en la silla de los lamentos, antes bien, se ponen en acción y apelan a su fe y sus recursos.
¿Tienen un don especial? No, simplemente tienen una gran fuerza interna y una fe indestructible.
Están acostumbrados a ver todo con lentes de optimismo y a asumir los problemas como desafíos.
En sicología se sabe que ninguna adversidad derrota del todo a un espíritu firme y a quien se deja ayudar.
Y esto se ve patente en las clínicas con enfermos que sorprenden a médicos y enfermeras.
Se recuperan pronto, irradian confianza y se van para la casa mucho antes de lo previsto.
El milagro lo hacen ellos mismos con fe, actitud positiva y amor a sí mismos, a Dios y a la vida.
Puedes profundizar esto con el libro "Crecer en crisis" donde hallas ayudas, ejercicios y testimonios.
No se apoltronan en la silla de los lamentos, antes bien, se ponen en acción y apelan a su fe y sus recursos.
¿Tienen un don especial? No, simplemente tienen una gran fuerza interna y una fe indestructible.
Están acostumbrados a ver todo con lentes de optimismo y a asumir los problemas como desafíos.
En sicología se sabe que ninguna adversidad derrota del todo a un espíritu firme y a quien se deja ayudar.
Y esto se ve patente en las clínicas con enfermos que sorprenden a médicos y enfermeras.
Se recuperan pronto, irradian confianza y se van para la casa mucho antes de lo previsto.
El milagro lo hacen ellos mismos con fe, actitud positiva y amor a sí mismos, a Dios y a la vida.
Puedes profundizar esto con el libro "Crecer en crisis" donde hallas ayudas, ejercicios y testimonios.
REFLEXIONES DE UN SACERDOTE
En la vida, enfrentar los problemas con una actitud de optimismo es
vital. Jesús nos enseña a tener fe y esperanza incluso en las adversidades.
Ver todo con lentes de optimismo no es ignorar las dificultades, sino confiar
en que Dios nos da la fuerza para superarlas. Cada problema es una oportunidad para crecer en fortaleza
y carácter. Al asumir los desafíos con valentía y positividad, recordamos que
“todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). De esta manera, transformamos los obstáculos en lecciones y encontramos
el propósito y la paz que Dios nos ofrece en cada prueba.
- ·
Enfócate en lo bueno: Agradece las pequeñas cosas que te rodean,
las bendiciones que recibes y los momentos felices que compartes con tus seres
queridos.
- ·
Busca el aprendizaje en las
dificultades: Cada problema es
una oportunidad para crecer, aprender y fortalecerte.
- ·
Confía en tu capacidad para
superar obstáculos: Tienes la fuerza
y la resiliencia para afrontar cualquier desafío que se te presente.
- ·
Mantén una actitud positiva: Rodéate de personas optimistas y evita aquellos que te llenan de
negatividad.
- Alimenta tu fe: La fe en Dios te da la esperanza y la fuerza para enfrentar cualquier situación.
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