Es relativamente fácil enamorarse y
querer, pero ¿acaso es fácil permanecer en amor y que éste perdure?
No importa que no sea por muchos años, o por siempre, lo que es en
general es bien escaso o raro.
El enamoramiento es un estado de
arrobamiento o embobamiento;
es estar fuera de sí y
dejar de pensar.
El
enamorado es como aquel que va a una casa de empeño y dice: ”¿Cuánto me da por mi mente?”.
Luego, en algún momento, la magia se
acaba o se atenúa, aunque permanezcan el cariño y la convivencia.
La pregunta es ¿cómo lograr que el amor
madure? Bueno, eso solo se da en el reino
espiritual.
Hay una dimensión sagrada y mística en
el amor y en la sexualidad,
pero pocos la descubren y disfrutan, atrapados en lo material.
Sin ese toque espiritual el amor no
pasa de ser una estación más:
una primavera que un día te envía a un invierno glacial.
REFLEXIONES DE UN SACERDOTE: ¿Cómo Lograr que el Amor Madure?
En este camino de la vida, el amor es un elemento fundamental que nos llena de significado y propósito. Sin embargo, a menudo nos encontramos con que el amor puede ser superficial o inmaduro. Como sacerdote, he visto que el amor madura cuando se basa en la comprensión profunda y la aceptación mutua. Es cuando nos damos cuenta de que el otro es un ser humano imperfecto, con sus propias debilidades y fortalezas.
Que hacer para que tu amor florezca:
- Nutrición espiritual: Fortalezcan juntos su fe, compartiendo oraciones, reflexiones y acudiendo juntos a misa.
- Comunicación sincera: Dialoguen abiertamente, expresando sus sentimientos, necesidades y escuchándose con atención y empatía.
- Perdón y reconciliación: Aprendan a perdonar las ofensas y a reconciliarse después de los desacuerdos.
- Servicio mutuo: Bríndense apoyo incondicional, ayúdense en las tareas diarias y compartan las responsabilidades del hogar.
- Tiempo de calidad: Dedíquense tiempo exclusivo para estar juntos, disfrutando de actividades que ambos aprecien.
- Crecimiento personal: Busquen su desarrollo individual, tanto espiritual como personal, y compartan sus logros y aprendizajes.
Al aceptar y amar sin condición, podemos construir una relación sólida y duradera. El amor maduro es el resultado de una profunda conexión emocional y espiritual.
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