La vida siempre te está invitando a
renovarte ¿por qué te aferras obstinado a lo que te hace daño?
Cierra tus ojos e imagina un precioso
paisaje otoñal,
mira los árboles y las hojas que cubren el suelo.
Son miles
de hojas de un hermoso color ocre, naranja o rojizo, dispersas por la
superficie y sobre el césped.
Mira
bien ese árbol en su proceso de desprendimiento, desnudo, con una conciencia
que nos falta a muchos.
La conciencia de que nada es permanente
y que, sin fatigarse, volverá un día a vestirse de verde.
Nunca
verás a un árbol preocupado por lo que pasó o lo que vendrá, por la sequía o
por un ciclón.
Las plantas y los animales tienen un
grado de conciencia y viven sin los afanes y los apegos que nos impiden estar
serenos.
Y tú también disfrutas esa serenidad si
nada te ata y eres libre. Entonces nada te esclaviza y a nadie amarras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios