Si hoy no tienes ganas de hacer
nada, está bien. Pero si vences la pereza y tomas la decisión de hacer algo por
ti, te sentirás mucho mejor.
Haz algo
por insignificante que sea, y luego haz un poco más. Da lo mejor de ti y haz tu
mejor esfuerzo y así lograrás tomar el impulso que requieres para lograr lo que te propones
en la vida.
Cuanto más
lo repites, más te gustará hacerlo. Sólo se requiere que te apoyes en Dios y
hagas un poco de esfuerzo al comienzo y con dedicación y constancia lograrás el
impulso que requieres.
En lugar de cuestionarte de que
de nada sirve tu esfuerzo, preocúpate solo de seguir adelante y descubrir
nuevas oportunidades. Cambia el vacío de la especulación por la
sustancia de la acción.
Sólo
comienza, y pronto serás capaz de transformar tu tiempo fugaz en logros
duraderos. Simplemente ponte en marcha, y luego estarás disfrutando del
esfuerzo y los logros obtenidos.
Verás que te sientes muy bien
cuando lo logras, así que aprovecha esa buena sensación que da alcanzar los
logros. Aprovecha la oportunidad de actuar, y disfruta de todos los beneficios
que se derivan de tus buenas acciones.
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