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RESUMEN DE LA ENCICLICA CARITAS IN VERITATE


Fecha:  29 de junio de 2009
Argumento: El desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad
Caritas in Veritate (latín: La caridad en la verdad) es el nombre de la tercera encíclica del Sumo Pontífice Benedicto XVI firmada el 29 de junio de 2009, Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo.

La encíclica ¨la caridad en la verdad¨ es sobre la doctrina social de la iglesia y el desarrollo sostenible a la luz de las pobrezas y desigualdades existentes en el mundo y la actual crisis económica global.

Aborda con realismo y esperanza los problemas creados por la crisis financiera, por la falta de instituciones internacionales capaces de reformar la ineficacia burocrática que alarga el subdesarrollo de muchos pueblos y por la falta de ética de muchas mentalidades que predominan en las sociedades opulentas.

En una primera parte examina las enseñanzas de sus dos predecesores: Pablo VI y Juan Pablo II. Los dos estaban convencidos de la capacidad del corpus de la denominada Doctrina Social de la Iglesia para dar la luz necesaria a un mundo que busca desesperadamente esperanza y claridad. También hace referencia a otras encíclicas Rerum novarum (León XIII), Pacem in terris (Juan XXIII), Centesimus annus, Laborem exercens y Sollicitudo rei socialis (Juan Pablo II), la Constitución Gaudium et spes (Concilio Vaticano II), así como otros documentos pontificios.

En la segunda parte recorre las grandes amenazas que se ciernen sobre la humanidad en nuestros días. Siempre el punto de partida es la falta de consideración de la dignidad de la persona humana, y su conclusión será el ataque a la propia vida humana, la pobreza, la guerra, el terrorismo, el medio ambiente. El Papa proporciona los principios morales para afrontar estos problemas sociales y económicos, promoviendo una verdadera cultura de la vida y de la paz.

Adicionalmente, Benedicto XVI, propone la insuperable necesidad de encontrar la responsabilidad social (caridad), a través de la verdad y la humildad.

La encíclica se divide en seis capítulos, junto con una introducción y la conclusión. El primer capítulo examina la encíclica Populorum Progressio de Papa Pablo VI.

Capitulos de la encíclica
Capítulo I: El mensaje de la Populorum progressio
Capítulo II: El desarrollo humano en nuestro tiempo
Capítulo III: Fraternidad, desarrollo económico y sociedad civil
Capítulo IV: Desarrollo de los pueblos, derechos y deberes, ambiente
Capítulo V: La colaboración de la familia humana
Capítulo VI: El desarrollo de los pueblos y la técnica
Conclusión


Benedicto XVI examina los cambios sociales que han tenido lugar desde la encíclica del Papa Pablo VI, en particular la globalización. El Papa ha expresado la necesidad de fortalecer un humanismo que concilie el desarrollo económico y social de los seres humanos, y que ayude a reducir la excesiva disparidad entre ricos y pobres.

La tercera encíclica del Papa Benedicto, la caridad en la verdad (Caritas in veritate), aplica los temas de sus dos primeras encíclicas, el amor y la esperanza (Dios es amor y Salvados en esperanza), a los principales problemas sociales. Sobre la base de verdades morales comunes a todo el mundo (la ley natural), así como en las enseñanzas del Evangelio (revelación), el Papa Benedicto [XVI] dirige a católicos y no católicos por igual un reto: reconocer y hacer frente a los males sociales de nuestro tiempo. La primera parte de la encíclica analiza la dinámica de la enseñanza de sus predecesores, Pablo VI y Juan Pablo II. [...] En la segunda parte, Benedicto [XVI] enumera los problemas sociales a los que se enfrenta la raza humana de hoy: los ataques a la dignidad de la persona humana como el atentado contra la vida humana, la pobreza, las cuestiones de la guerra y la paz, el terrorismo, la globalización, y preocupaciones ambientales.”

 “El amor de Dios conduce a la participación en la justicia y la generosidad de Dios hacia los demás, la práctica del cristianismo lleva naturalmente a la solidaridad con los conciudadanos y, de hecho, con el conjunto de la familia humana. Conduce a una determinación de servir al bien común y asumir la responsabilidad de los miembros más débiles de la sociedad y frena el deseo de acumular riqueza para sí solo. Nuestra sociedad necesita para superar el atractivo de los bienes materiales y en lugar de centrarse en valores que promuevan realmente el bien de la persona humana.”

 “Durante mucho tiempo nos hemos estado preparando una encíclica sobre esas cuestiones. Y en este largo camino que veo lo difícil que es competente para hablar, porque si la realidad económica no se aborda competente, no puede ser creíble. Y, por otro lado, tenemos que hablar con una gran conciencia ética, creado e inspirado por una conciencia forjada por el Evangelio. Al fin y al cabo, se trata de la avaricia humana como el pecado o, en su Carta a los Colosenses dice, de la avaricia como idolatría. Tenemos que denunciar que la idolatría que se opone al Dios verdadero y que desvirtúan la imagen de Dios a través de otro dios, "Mammon".

[...] Porque el egoísmo, la raíz de la avaricia, consiste en amar a mí mismo más que cualquier otra cosa y de amar el mundo en referencia a mí mismo. Ocurre en todos nosotros. Es el oscurecimiento de la razón, que puede ser muy aprendido, con argumentos científicos de gran belleza, pero que, sin embargo, pueden ser confundidos por falsas premisas. [...] Sin la luz de la fe, que penetra en las tinieblas del pecado original, la razón no puede seguir adelante. Pero es la fe, precisamente, que luego se enfrenta a la resistencia de nuestra voluntad. No queremos ver la forma, lo que sería un camino de auto-negación y de corrección de la propia voluntad en favor de los demás, no de uno mismo.

Lo que se necesita es la razonable y razonada denuncia de los errores, no con una gran moral de las declaraciones, sino con razones concretas que han demostrado ser comprensible en el actual mundo económico. [...] Para darse cuenta de que estos grandes objetivos de la macro-ciencia no se realiza en micro-ciencia - la macroeconomía en la microeconomía - sin la conversión de los corazones. Si no hay sólo hombres, no hay justicia ni justicia [...] no se puede crear en el mundo sólo con modelos de buena gestión económica, incluso si estas son necesarias. La justicia es sólo provocada si sólo hay hombres. Y no hay sólo hombres, sin la humildad, esfuerzo diario de la conversión de los corazones, y de la creación de la justicia en los corazones.”


La encíclica recoge los objetivos que deben ser perseguidos y cuáles los valores que deben promoverse a fin de crear una verdadera forma libre y unida de la convivencia humana.”

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