Cabral nos acercó a lo esencial del viaje vital, fue un
maestro a la hora de tomar enseñanzas de distintos credos, de sintetizar
conceptos, de encontrar lo positivo en medio del desamparo y
recordarnos, con humor e ironía, que la felicidad es posible si
se acompaña de la voluntad. La mayoría de sus conceptos, conservan
su sencillez, frescura y vigencia. He aquí una selección de sus frases:
Ahora
mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y
ahora mismo.
Bienaventurado
el que no cambia el sueño de su vida por el pan de cada día.
Cada
mañana es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada hombre justo es una buena
noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor, es un
soldado menos. Todo esto y mucho más, lo aprendí de mi madre, se llamaba Sara,
la elegí como madre por la misma razón por la que Dios la eligió como hija.
Nunca pudo aprender nada puesto que, cada vez que estaba por aprender, llegaba
la felicidad y la distraía. Nunca usó agenda porque hacía sólo lo que amaba y
eso, se lo recordaba el corazón. Se dedicó sólo a vivir y no le quedó tiempo para otra cosa.
Cuando me marché de mi casa, niño aún, tenía siete años, mi
madre me acompañó a la estación, y cuando subí al tren me dijo: Este es el
segundo y último regalo que puedo hacerte, el primero fue darte la vida y, el segundo, la libertad
para vivirla.
Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de
nuestra vida, es
distraerse de ella.
De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo. Ahora
mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen, a las cosas que te
encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la
mañana, a los que quieren dirigir tu vida por el camino perdido.
El
conquistador por cuidar su conquista, se convierte en esclavo de lo que
conquistó. Es decir, que jodiendo se jodió.
El que
no está dispuesto a perderlo todo, no está preparado para ganar nada.
El
Señor no nos va a preguntar qué hicimos con el dinero, sino qué hicimos con la
alegría, indispensable para vivir.
Escapa de los que compran lo que no necesitan, con
dinero que no tienen, para agradar a gente que no vale la pena.
Hay
medio mundo esperando con una flor en la mano y la otra mitad del mundo por esa
flor esperando.
Hay tantas
cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para
gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera.
Haz
sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito,
que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará
naturalmente.
La ignorancia es un modo inconsciente del mal.
La sociedad humana esta tan mal por las fechorías de los
malos, como por el
silencio cómplice de los buenos.
La vida es hambre o festín. Tú eliges.
Juan José Arreola me dijo un día: “Nosotros, que somos
buenas gentes, vamos a tener que tener muchos hijos para que los malos no nos
sigan ganando las elecciones.”
Chente Fernández me dijo un día: “ Hay dos cosas que un buen
charro debe tener; una buena vieja y una buena mula, eso sí, que la mula no sea muy vieja y
que la vieja no sea muy mula.”
Mi abuelo era un genio para los números. Pasábamos un día
por un campo y me dijo; “Ahí hay trescientas ochenta y cuatro vacas.”. Yo,
estupefacto le pregunté: ¿Cómo haces para saber tanto de números, para saber
con exactitud el número total de vacas?. Muy sencillo: cuento el total de las
patas y las divido por cuatro.
Nacemos
para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo,
es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada
paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene limites y un corazón que puede amar
mucho más de lo que suponemos.
No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida
que te puebla. Distraído de la vida que te rodea: delfines, bosques, mares,
montañas, ríos.
No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que
llevas, ya son ganancia.
Por el mundo caminado, he podido comprobar que el que fácilmente halaga,
fácilmente insultará.
Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere.
Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?
Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá,
entonces serás siempre nuevo.
Macedonio Fernández decía: no creo en la vida de lo que no se ama ni en la muerte de
lo amado.
Un día, al volver a mi pueblo me encontré a mi hermano
llorando porque lo había abandonado su mujer. Mi madre me preguntó que cuantos
habitantes habrán en el mundo. No lo sé con exactitud, le dije, pero se calcula
que habremos unos cinco mil doscientos millones de personas en el mundo. Y dijo
mi madre: “Y con tantos miles de millones de personas que hay en el mundo, hay algunos que lloran por uno
solo. Es como si tuviera uno cinco mil millones de pesos y lloraras
porque has perdido un peso.
Un marinero le dijo a mi abuelo: “ Si me das cuatro hierros
te construyo un barco.” Y mi abuelo le respondió: “ Si tú me das a tu hermana,
te hago la tripulación".
Usted bebe mucho, le dijo el médico a mi abuelo que tenía el
mal de parkinson. Y mi abuelo le dijo: no crea se me cae bastante.
Y que
no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero
no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero
por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan la vida.
LA VIDA DE FACUNDO ERA UN CAMINO DE
LIBERTAD.