Una persona apesadumbrada y sin ganas
de vivir fue a visitar a una Sabio Maestro y él le dijo:
Suelta las cargas de culpa, odio, rabia
y miedo que te aplastan,
serénate y, ven, caminemos por el bosque.
Llegaron
ante un río caudaloso y el sabio, que era bien fornido, lo invitó a entrar en el agua.
Al
rato, súbitamente el Maestro tomó la cabeza del otro, lo sumergió en el agua y allí lo sostuvo.
Este
trataba de soltarse pero no podía y, cuando ya le faltaba el aire, dio todo de sí, se liberó y pudo respirar
afuera.
El
Maestro lo miró sonriente y le dijo: "Todo lo que hagas con esa misma energía te saldrá bien".
Hasta
acá la historia y la lección es clara: Solo cuando queremos algo con toda el alma lo imposible
se hace posible.
Ahora
bien, ¿es así como amas o trabajas? Con pasión, con todas tus fuerzas y todo tu aliento?
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