Los
ancianos y los enfermos inuit o esquimales solían cambiar de nombre movidos por
una fe recia.
Creían
que así podía cambiar también su estado y, entonces, con un nombre nuevo, mejoraría
su salud.
Es fácil que muchos lo lograran por el tremendo poder de la fe que
mueve las montañas de la duda.
Tú
eres lo que crees. Tú creas según lo que crees. Siempre que crees, creas
tu realidad.
Por lo mismo, debes eliminar todas las creencias que te frenan y te impiden
lograr tus sueños.
Los campeones en cualquier deporte aúnan la entrega y la
disciplina a una confianza arrolladora.
Su fe es como un río caudaloso que llega hasta la mar
superando todos los obstáculos.
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