La
rebelión de Atlas, Atlas Shrugged, es la obra más popular de Ayn Rand,
fundadora del objetivismo. Se trata de una novela, la última de Rand antes de
centrarse al ensayo, pero va más allá de ser una mera obra de ficción. En La
rebelión de Atlas Rand expone los fundamentos de su corriente ideológica de un
modo descarnado.
Título: La Rebelión de Atlas
Título original: Atlas Shrugged
Autor: Ayn Rand
Año de primera publicación: 1957
“Integridad es el reconocimiento
de que no se puede falsificar la propia consciencia, así como la honestidad es
el reconocimiento de que no se puede falsificar la existencia; de que el
hombre es una entidad indivisible, una unidad integrada de dos atributos:
materia y consciencia, y que no puede permitir brecha alguna entre cuerpo y
mente, entre...”
“Si las acciones propias son
honradas, uno no necesita la confianza de los demás, basta con la
percepción racional de los otros. La persona que anhela un cheque moral en
blanco de semejante género, lleva intenciones deshonestas, aunque no las
exprese.”
“La
mente humana es la herramienta básica para la supervivencia. Al hombre le es dada la vida, no
la supervivencia. Le es dado su cuerpo, no así su sustento. Le es dada su mente, no su
contenido. Para
mantenerse con vida, el ser humano debe actuar, y para hacerlo debe
conocer la naturaleza y el
propósito de sus acciones.
“La existencia
para ti es una gigantesca farsa, un acto que representas para los demás; cada uno siente que él es el
único fracasado culpable, cada uno ubica su autoridad moral en el incognoscible
que sólo los demás conocen, cada uno finge la realidad que siente que los demás esperan que
finja, y sólo algunos
tienen el coraje de romper el círculo...”
“La capacidad emocional es un
motor vacío, y los valores son el combustible con el que la mente lo llena.
Si eliges una mezcla de contradicciones, se obstruirá el motor, se corroerá la
transmisión, y te hará naufragar en tu primer intento por movilizarte en una
máquina que tú, el conductor, has corrompido. Si colocas a lo irracional como
medida...”
“Hay un acto maligno que no está
abierto a ninguna controversia: el acto que nadie puede cometer contra otros y
ningún hombre puede admitir o perdonar. Mientras los hombres deseen
vivir en conjunto, ningún hombre puede iniciar –¿me escuchas?– ...ningún hombre
puede iniciar el uso de la fuerza física contra otros. Interponer la amenaza
de...”
“Yo
no traté de hablar con usted –dijo en voz alta– pero ya que lo ha buscado, va a
oírme. Para mí tan
sólo existe una forma de depravación humana: carecer de metas.”
“El propósito de la moral es enseñarnos, no a sufrir y morir, sino a
disfrutar y vivir.”
“Las personas no están
dispuestas a admitir la verdad o la razón. No se puede llegar a ellas
con argumentos racionales. La mente carece de fuerza para sostener esta lucha.
Sin embargo, hay que relacionarse con ellas. Si queremos conseguir algo, tenemos que engañarlas, a fin
de que nos dejen realizar la tarea. O forzarlas.”
“El símbolo de
todas las relaciones entre esos hombres, el símbolo moral del respeto por los
seres humanos, es el comerciante. Nosotros, los que vivimos según valores, no
saqueos, somos comerciantes, tanto
en lo material como en lo espiritual. Un comerciante es alguien que gana
lo que obtiene y no da ni toma lo inmerecido.
“El dinero es sólo un
instrumento de intercambio que no puede existir a menos que existan bienes y
personas capaces de producirlos. Es la forma material del principio
según el cual quienes deseen tratar con otros deben hacerlo mediante
transacciones, entregando valor por valor. No es instrumento de los
pordioseros, que exigen llorando el producto...”
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