Serendip es el antiguo nombre persa de
la isla de Ceylan, hoy Sri Lanka, y de ahí nace la palabra serendipia.
En un
viejo cuento tres príncipes de Serendip solucionan sus problemas a través de
increíbles casualidades.
Serendipia es lo que vemos como
casualidad, coincidencia,
o lo que se suele llamar chiripa; también es un hallazgo afortunado.
Los sabios dicen que en este mundo casi
nada sucede por casualidad
sino por causalidad.
Sí,
habla de “diosidencias”, no de coincidencias. Solo cosas nimias o sin
importancia nacen de un azar caprichoso.
En el aparente sinsentido todo un
sentido aunque esté oculto, y todo es perfecto en su aparente imperfección.
En este
plano limitado vemos una alfombra por debajo, como una maraña de hilos, pero por arriba es un diseño
divino y perfecto.
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